La hermana fea

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Al menos una vez en la vida ha pasado. Yo ya lo viví;  ya sea en la calle, la escuela, universidad o en una fiesta, conocen a una mujer hermosa, monumento esculpido a mano, alta, buen cuerpo, lindos y expresivos ojos, sonrisa impecable etc. La conocen y se vuelven amigos o si tienen suerte algo más que eso y un día ella los invita a su casa para cenar, para ver una película o alguna otra cosa (moralmente permitida por la familia).

Obviamente si uno ve a su acompañante y la imagen que ella proyecta es impecablemente rompecorazones. Imaginas que el resto de la familia tendrá la misma suerte, así que te mentalizas para ver más despliegue de belleza. Incluso te reservas el derecho de no hacer gestos que te incriminen por ser mas lujurioso que de costumbre (acéptenlo, así somos los hombres).

Pero ¡ohh sopresa! Cuando entras a la casa y ves que la hermana no corrió con la misma “suerte” genética, incluso en algún momento se piensa si se habrá escogido a la hermana correcta, digo, para no caer en tentaciones, en este caso se agradece haber estado en el lado familiar “bonito”.

El chiste es que descubres que aquella consanguínea se aleja mucho del monumento que tiene nuestra compañera y que se ve mucho más fea de lo que es, sólo por el hecho de estar junto y ser comparada con la “hermana bonita”.

Definitivamente en ese momento llegan un montón de dudas y cuestionamientos acerca del poder de la genética y cómo funcionan de manera tan graciosa esos grupos de cromosomas, ¿quién habrá salido a la mamá?, ¿quién al papá? y ¿cómo pueden variar tan significativamente los aspectos físicos de acuerdo a todo lo anterior?

Toda esa cavilación es interrumpida por el saludo amable de la hermana “fea” que curiosamente resulta ser buena gente y dices “eh, de seguro debe ser por feita” (así somos los hombres), sin embargo después de una buena conversación con ella en ese momento, o mediante varios encuentros -si es que le dan la oportunidad de explayarse- te das cuenta de lo buena gente que es, incluso empieza a ocurrir algo inverso al hecho de lo físico, se empieza a apreciar que de verdad ella es buena persona, incluso mejor y con mejores sentimientos que la hermana.

De esa manera se nivela un poco el hecho de cómo está distribuida la genética, y así nos damos cuenta de que cómo está distribuido el mundo tan raro y complejo. Y si no nos fijamos solamente en el exterior (muy difícil pues así somos los hombres) podremos ver que si combináramos un poquito de la hermana fea con la bonita y así, se podría sacar una súper mujer de esas familias.

Como en mis demás despepitadas, no aplica para todos, pero pasa. Y para muestra un botón: vean a la hermana de Eva Longoria y sabrán de que hablo. También pasa con hombres, sólo que me gusta ejemplificar mas con las féminas pues yo hablando de un hombre que es monumento, me escucharé algo gay.

Foto: kirikiri

Alejandro Cadavid

2 COMENTARIOS

  1. Hola CaDavid!…

    ¿Oye eso de Ca es de cabro_ o de Carlos?…jajaja…

    Pues a mi me pasó en el negocio. Tenemos un pequeño Cyber y ya entrada la noche entraron dos chicas. Una de ellas con una presencia sexy de esas «Mujer Maravilla» y su acompañante con todas las cosas no tan bellas que su compañera…jajaja…

    Me pidieron dos computadoras y todavía le dije a la «Mujer Maravilla» -Si quieres tomen estas dos para que te sientes junto a tu amiga-…jajaja…jajaja…
    Me contestó: «Es mi hermana»…jajaja…jajaja…

    Y lo peor de todo, ya sé que las feministas me van a quemar con leños verdes, es que me acuerdo muy bien del nombre de la «Mujer Maravilla» pero el de su hermana ni por aquí lo registré en mi vasta memoria…jajaja…

    Un abrazo y te sigo leyendo compa…Diego.

    • nooo, Cadavid es mi apellido, asi tal cual… las cosas que escribo son sin afan de ofender sino de decir la verdad, asi que pues asi pasa cuando sucede… asi tal cual jeje… saludos Diego

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