Amos de las calles

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Si Usted está conduciendo por la calle, tiene que ir a cierto lugar y al llegar encuentra que está algo saturada de carros, decide dar una vueltecita y encuentra una calle medio despejada a dos cuadras de donde es el lugar al que tiene que asistir. Mira para ambos lados, revisa el retrovisor y no hay nada, no carros, no perros, no humanos, ¡NADA! pero en el momento preciso en que la palanca de velocidades entra y activa la reversa, de no-se-donde-demonios aparece como por arte de magia un distinguido personaje que ya anda haciendo señas para que se estacione bien.

¿De dónde y cómo carajos aparecen estos personajes mejor que Copperfield? Acá no lo descubriré, pero daré mi punto de vista. Los «viene, viene», «franeleros», «cuidacarros» o como les quieran llamar, son personas que me caen mal. No por el hecho de que cuiden los carros, sino porque creen que tienen el poder de la calle, incluso en tu propia acera. Un día te das cuenta que andan ganando dinero porque cuidan carros en tu acera y para colmo se molestan si tu ocupas tu propia banqueta, pues les estas quitando oportunidad de generar ganancias.

Llegas a una calle a las 6:30am y ya hay alguien ahí postrado esperando, en la calle no hay un alma, ni los pajaritos han emprendido su vuelo, ni cantan y ya está el señor cuidando sus metros cuadrados de cemento, como si estuvieran notariado a su nombre. Algo similar ocurre en las noches, ya no hay vida social, no hay nada y sigue esperando a cuidar el carro del que llega, no vaya a ser que no quepa  en la media calle que está disponible a tales horas.

La verdad, se les agradece que “se preocupen” por cuidar los carros y que hay algunos que hacen labor completa y hasta los limpian, lo que no me cabe es que tenga que ser obligatorio, algo así como una cuota más que hay que pagar por tener carro, (como si no hubiera que pagarle tres veces el carro al gobierno y sus múltiples dependencias) porque en el preciso instante que le dices que no tienes dinero cambia automáticamente el trato y sale a flote la mirada agresiva, que no te atraviesa un pulmón por puro milagro.

En Puebla las principales calles, las secundarias y hasta algunas de importancia nula están atiborradas de estos personajes, están en todas calles, lo que se vuelve más molesto aún, pues después de todo se va volviendo como un corporativo. El que termina siendo más “ingenuo” es el propietario del carro.

Insisto, el servicio es bueno, se les agradece, pero no tiene que ser obligatorio, a veces ni es necesario y uno es suficientemente capaz como para estacionar el carro sin que ellos te ordenen que lo tienes que dejar a 5 milímetros del carro de adelante, si no, no van a caber justamente 3 carros de 2.30 de largo en un espacio de 7 metros.

¿Serán todos primos? ¿Nacen con una predisposición de querer ser el rey del cemento? Ya ven no resolví las dudas pero mi alma cibernética ahora descansa.

Alejandro Cadavid

Alejandro Cadavid

¿Cómo me podré describir sin sonar extraño? Aunque, ahora que lo pienso, soy extraño. Cinco años de universidad me han dejado con esquilas creativas en mi cerebro y pocas palabras en mi boca, sólo que cuando hablo, no es para recitar poesía precisamente. Leer más

6 COMENTARIOS

  1. Que onda cadavid, si definitivamente todos hemos padecido con los «viene viene», me gustaria mencionar 2 en particular que francamente si me caen como patada de mula en el estómago ambos ubicados en la Av. Juarez y seguramente los conoces.

    El primero de ellos un cuida carros, una persona de edad avanzada que se encuentra ubicado en la pasteleria NONINAS de la calle 27 Sur (es un señor moreno con lentes y siempre trae puesta una gorra de color azul marino) ese señor prácticamente ya se ha adueñado de ese pedazo de cuadra y parte de la calle que baja que si mal no recuerdo es la 9 poniente y hasta tiene rodeada la banqueta con varias cubetas para tener apartados los lugares y solo te lo da si le das una buena propina, he escuchado de varias personas que minimo te saca $20 por cuidarte tu vehiculo y aparte si quieres que te lo lave otra lana extra; francamente que desagradable asi ni ganas dan de llevar carro, pero bueno.

    El segundo son los weyes del valet parking del restaurante “El chimichurri” igualmente ubicado en la juarez; estos canijos tienen ocupada gran parte de la calle 27 sur e inclusive ocupan parte del estacionamiento que forma parte de la universidad ahi ubicada aun sabiendo que ese espacio no les corresponde y precisamente es para uso del personal y estudiantes de dicha escuela, de por si que la calle no se presta mucho para que se pueda hacer uso de ellas y luego llegan estos y complican mas las cosas.

    Como bien dices ya de por si el hecho de tener un carro ya significa un gasto desde el dinero que gastas al comprar el vehiculo, ponerle gasolina cada semana (si bien te va y aprendes a administrarla) si de repente te falla y tienes que llevarlo al mecanico o si tienes que pagar la famosa tenencia que esta tan de moda en estos días, etc. es el cuento de nunca acabar. Inclusive una amiga que viaja muy seguido a chilangolandia me comento que uno de los viene viene le dijo que por cuidarle el carro le cobraba $60 y sino se los daba no se hacia responsable de que le dieran un rayon o le rompieran un vidrio o en el peor de los casos hasta robarselo, seguramente ya entre ellos ya hay una pequeña mafia y tienen prefectamente todo planeado.

    Bueno en fin esto es algo que sucede “Hasta en las mejores familias” jajaja pero pues ya ni llorar es bueno.

    Saludos

  2. Ah mis queridos «viene viene»…tanto que se puede decir de ellos. Ya en todos lados los veo ¬¬
    Si no les das dinero te lanzan todos los conjuros maleficos habidos y por haber sobre tu carro y persona. Peor aun, cuando les das dinero y tienes la mala suerte de recibir un golpe te salen con que se les escapo el fulano en cuestión o que ya venía así.
    En fin muchas veces creo que hasta te sale más barato y seguro meter tu carro al estacionamiento o no tener carro. En fin dudo mucho que dejen de haber porque hasta tienen sus especies de «sindicatos».

  3. ¡Hola Alejandro!…

    Pues sí que eso de los franeleros es una maldición urbana.

    Pero hay algunos lugares en que tienen su folklor y su penitencia…jajaja…

    Si te vas a Atlixco por la federal te encontrarás antes de llegar a dicha ciudad varios lugares donde sirven pollos asados. Y verás a los franeleros vestidos de gallos…jajaja…con los trajes de botargas. Imagínense con el calorcito de Atlixco, a pleno rayo de sol y con sus trajes de pollos ya descoloridos … jajaja … no tienen agüela…

    Un abrazo y diviértanse en estas vacaciones que no todo es trabajo…Diego.

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