Chicle en el pelo

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Durante la infancia hacemos muchas travesuras sin pensar en las consecuencias. Son aceptables durante esta etapa, quizás por inocencia o justificados por la premisa de que los niños no piensan en el resultado de sus actos.

Y es que un chicle en el cabello es molesto, incómodo, difícil de quitar, normalmente la solución es tomar las tijeras y extirpar dicha goma con todo y pelos; si se tiene consideración se busca el apoyo de una experta o experto, que por lo regular es el peluquero de confianza, el cual con un casquete corto desvanecido soluciona el problema, pero si se quiere dar un remedio económico y casero (como en el 99% de los casos) se intenta con consejos de “expertas”.

“Échale aceite para bebé” dicen las señoras con mucha seguridad, entonces el afectado tiene que soportar una variedad de 14 aceites, desde los del hermanito hasta (en casos muy desesperados) aceite de cocina. “Si le bates tomate y lo dejas al sol se quita” afirman algunos, y ahí tienen al mocoso en “firmes” bajo el sol con 35 grados centígrados sobre el lomo, y por supuesto tampoco se quita.

“Con miel, intenta con miel”, ya para estas alturas el sujeto en cuestión trae una garnacha en la cabeza, pero no está de más intentar con miel. Acto seguido, moscas y abejas corretean al infante por todo el patio, mientras este grita y piensa en golpear al culpable hasta ponerlo como santo Cristo.

“Oiga y ya intentó con hielo, eso ayuda”, de inmediato van por un raspado de tamarindo y se lo estrellan al pobre niño que ya trae todo el supermercado sobre la maceta, por supuesto tampoco resulta.

Peinarle el chicle con “hartas fuerzas” hasta que el chamaco se desmaye del dolor obviamente fue lo primero que se intentó, y como ninguno de estos remedios fue efectivo, se opta por recortar la zona afectada, sin la ayuda de un profesional, así que se toman unas tijeras “barrilito” de la mochila del nene y se poda un antiestético surco, que hace que la cabeza del escuincle parezca campo de maíz después de la visita de naves extraterrestres que dejaron señales extrañas, bueno, al grado de que si Maussan observase tal grosería, diría su característica frase: “y nadie, hace nada”.

La forma más efectiva para quitar la goma de mascar, es simplemente dejarla caer con el tiempo, con el baño cotidiano en una semana ya no hay problema alguno. Ah claro, también que el afectado masque 16 chicles de distintas marcas (los de menta son los que más se aferran al pelo), y se los incruste con un zape al “gracioso” que le causó tantas molestias.

Pero, ¿qué pasa cuando estos “angelitos” continúan practicando este ejercicio durante la vida?, ahí no hay otro remedio que agarrarlo a patadas porque eso ya es por ocioso y merece ser educado a la mala.

Foto: modenadude

Carlos Irán

Carlos Irán

“Guacarocker”, mantenido y “negrón”. Desde hace muchos años amo la gelatina verde y la radio. Le tengo miedo a las gallinas, me gusta el buen rocanrol y tocar la guitarra de espaldas. Leer más

10 COMENTARIOS

  1. Hola Carlos, ahora que estoy leyendo tu articulo, me viene a la mente lo que viví hace algún tiempo, que sera…20 años?, llegue de la escuela y mis dos queridos hijos (Carlos y Joel)estaban jugando, y cuando veo a Carlitos casi me infarto, el nene tenia en la cabeza esos surcos de los que hablas y no fueron hechos precisamente con la intención de quitar un chicle, noo, esos surcos fueron hechos por las propias manos de mi querido Carlitos, así, sin motivo, y por supuesto ayudado por su hermanito, te pregunte porque lo hiciste,yo estaba super afligida porque realmente hijo, te veías muy mal con esos claros en la cabeza, pero tu me respondiste con esa inocencia tan característica de los niños, – no te preocupes mamá que en el closet tengo guardado mi pelo.
    Y por supuesto el Youl te echaba porras.
    Por eso comparto lo que dices de que los niños hacen travesuras sin medir las consecuencias.
    Esto lo cuento para compartir en este mes del niño algunas de las travesuras que cometen nuestros hijos, y que la mayoría de las veces a las madres nos ponen a temblar.
    Cuídate hijo.
    Te quiero mucho.
    Besos.

    • Hola ma’.

      Cierto, recuerdo que inocentemente me corté la mata (que años después suplicarías a los santos que me cortara, suprimiendo con esto mis sueños rockeros), también es cierto que guardé los cabellos por si te molestabas, los pudieras colocar nuevamente en su lugar, ya que las madres siempre tienen el remedio perfecto a todo (no eres la excepción). Grande fue mi sorpresa cuando supe que no se podían pegar con algún resistol «pega pelos», ni aplicarle un «Control + Z» a tal acción.

      Saludos ma’, gracias por hacerme recordar a ese Carlitos que me niego a abandonar.

      Abrazos y besos, te quiere «tu nene»

  2. ja..ja..ja.. A mi nunca se me pego un chicle, pero si pegue varios y muchas veces no se daban cuenta….

    Me recordó a la época de la primaria que tiempos aquellos que lo único que queríamos era divertirnos….

    Muy buen post…

    • Gracias Anna.

      Sí, yo no recuerdo de chicles que me hayan pegado, de hecho yo mismo me los pegaba jugando (sí lo sé, no soy normal).

      En la prepa me pegaron uno, y dejé que el tiempo se encargara de quitármelo, pero al otro fulano le aplasté media docena de chicles de menta, esos tienden a endurecer, y al día siguiente llegó rapado.

      Carlitos 1 – Los Malos 0.

  3. Hay Carlitos sabes me hiciste recordar mi infancia pero a mi no me hicieron travesuras lo que paso es que me quede dormida con chicle en la boca y cuando desperte ya lo tenia en el cabello asi que ni modo le dije adios a mi mechon de cabelllo. Y por cierto me hiciste recordar un capitulo de los simpson cuando a lisa le pegaron un chicle y la persiguieron toda una colmena de abejas jajaja.
    Gracias por lo que escribes haces recordar ciertas etapas de nuestra vida jajaja .
    Te Quiero Mucho y gracias por ser un buen amigo.
    ciaoo
    Belén

    • Hola Belén.

      Sí, eso nos pasó seguido a todos, a mi una vez se me pegó el chicle en la ceja, pero se pudo quitar.

      Y sí, el post va inspirado en ese capítulo de Los Simpson.

      Saludos y gracias por todo, un beso!

  4. ¡Aló Rockcarlos!

    Muy divertido tu post. A mí me ocurrió lo mismo que a Belén, me quedé dormida y el chicle decidió «anidar» en un grupo de rulos durante la noche, creo que le gustaron demasiado porque se aferraba fuertemente a ellos.

    Tuve que recurrir al uso de las tijeras y a arrojar el nido que hizo el chicle al retrete (si mi madre me cachaba con semejante artilugio, ocurrirían 2 cosas: corte de cabello y prohibición del chicle).

    Lo bueno es que gracias a mis rizos, pasó desapercibido el rudimentario corte, resultado de unas tijeras de punta roma para uso escolar.

    Saludos. 🙂

    • Hola Clausen!

      Bueno en tu caso por el cabello no hubo gran problema, pero yo que tengo la greña -digamos que algo- indomable.

      Sí, las tijeras Barrilito son la ley!

      Saludos y gracias por comentar!!!

  5. ahh no bueno cntigo
    jejeje
    a qn no le ha pasado a alguien??
    aunq sea en la ropa se les ha pegado
    o no??
    ya sea por q c sientan en uno, sin saber q estaba ahi
    o porq por desgracia para ellos, les cae porq algun ‘gracioso’ se le antojo aventarlo
    sea cual sea la circunstancia
    duele
    por la perdida del cabello
    o por los jaloneos de la persona q desea quitarlo al afectado
    pobre d aquel
    pro n fin
    cmo dicen
    ‘son cosas d niños’
    jeje
    q despues recordaras cn gusto
    o m equivoco??

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