¿Qué tan alburero eres?

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Foto:  Vero Altamirano
Foto: Vero Altamirano

Existen infinidad de conversaciones que pueden interpretarse de muchas maneras. En la mayoría de los casos, lo que se entiende depende del nivel de pensamientos sucios y contexto que se tenga. Pero si se es limpio y puro, no entenderás nada que te provoque una sonrisa pícara y maliciosa.

Aquí algunos ejemplos para que sepan su nivel de albur, doble sentido y mal pensados.

1. Casi por terminar la fiesta alguien ofrece su hogar para continuar el jolgorio: «Amigos, los invito a chupar a mi humilde morada«.

2. En un plática entre amigos, hablan de apodos y sus autores cuando alguien pregunta: «¿ saben quién le puso el «chango» a Fernández en la Uni?».

[quote]Si esbozaron una sonrisa en alguno de estos casos, es que son lo suficientemente malpensados y no depende de que la gente lo diga, sino de lo que ustedes entiendan.[/quote]3. En una entrevista alguien recuerda el sistema de transporte de los 80, cuando circulaba el autobús conocido como «chato». Inevitablemente, queremos saber más: ¿Y tomabas el «chato» diario para ir a la escuela?

4. En el mismo tenor, la siguiente pregunta sería: «¿Y te acuerdas por dónde pasaba el «chato

5. En el cine tienen la opción de ver una película y preguntan: «¿La prefieren subtitulada o doblada?

Si esbozaron una sonrisa en alguno de estos casos, es que son lo suficientemente malpensados y no depende de que la gente lo diga, sino de lo que ustedes entiendan.

¿Agregarían alguna?

Manolo

Dicen que soy una perfecta “mula”. Comunicólogo. Disfruto los generosos momentos que nos brinda el futbol, la música y el sarcasmo. Odio odiar. Me gustan los caminos cortos. Me aburren los laberintos. Fundamental, la lealtad. Indispensable, el agradecimiento. Decidido a combatir y el crimen y la injusticia día y noche, sólo descansando para tener amoríos con mujeres hermosas.

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