Hoy viernes estrena Spider-Man: de regreso a casa, pero no soy cinéfilo de tumultos; y eso que en la película aparece Marisa Tomei, una de mis consentidas all-time. Así pues, estos días estaré más atento a otros films de la cartelera; muy en especial al rumano Graduación (Bacalaureat), dirigido por Cristian Mungiu, el tipo que en 2007 alborotó los festivales cinematográficos con 4 meses, 3 semanas, 2 días, cinta ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes y de otros 37 premios a lo largo de todo el mundo. Con todo, hay quien dice que Graduación es, a la fecha, su mejor trabajo; en sólo un año lleva ya siete reconocimientos importantes, entre ellos el premio a mejor director en Cannes el año pasado y el premio de la crítica en el Festival de Hamburgo. En la cinta –un drama– un médico de Transilvania cría a su hija con la ilusión de que, llegado el momento, realice estudios superiores en el extranjero. Pero ya a punto de hacerlo, la joven es atacada, lo que de golpe pone en riesgo su futuro. Una situación que el angustiado padre decide enfrentar, entrando incluso en conflicto con los valores éticos que a lo largo de los años ha enseñado a su hija. Surge pues la pregunta: ¿el fin justifica los medios? Graduación es sin duda lo más prometedor de la cartelera vigente; además, ¿cada cuándo vemos películas rumanas? Ojalá obtenga una amplia atención de los cinéfilos.
Por otra parte, si hacemos caso de los trailers que actualmente proyectan las salas de cine, ya no tardan algunas películas de buena expectativa. Como Mi nombre es Nojoom, película yemení basada en la historia real de Nujood Ali, la primera niña en solicitar su divorcio ante una corte de Yemen, a raíz de un matrimonio forzado y horrendo. Tenía 10 años en ese momento. Sobra pues decir que se trata de un crudo drama, que además dirige una mujer, Khadija Al-Salami, la primera productora-directora yemení, si bien radica en París. Así que Mi nombre es Nojoom es genuinamente una oportunidad imperdible: por su procedencia, por lo que narra y porque nunca antes Yemen había enviado representante a competir por el Oscar, lo que sucedió con este film. ¿De verdad va a llegarnos? Confiemos en que sea así, aunque ya otras veces, en casos similares –de cinematografías digamos exóticas– nos hemos quedado como novias de pueblo.
Sorpresivamente, también se aproxima (nos cuentan) otra película rumana: Sieranevada, de Cristi Puiu, que cuando ganó el Festival Internacional de Chicago recibió del jurado el argumento siguiente: Un logro fílmico increíble, que sumerge por completo al público en una reunión familiar, para presentarla lo mismo a nivel individual que como una encarnación del espíritu de los tiempos actuales. Porque en efecto, Sieranevada trata sobre esa reunión de familia –para recordar a su fallecido patriarca– en la que un médico cuarentón se ve obligado a cuestionar cómo ha vivido y cuáles son los vínculos que aún mantiene (o no) con su clan. Pero claro: no sólo está su versión de los hechos, sino también las versiones de quienes le rodean. Suena todo muy serio, pero el asunto no está exento de humor. Habrá que estar pendiente de la cinta, que acumula ya 8 premios internacionales.
En fin, hay varios trailers más, anticipando películas de todo tipo. Como la comedia francesa ¡Qué tacaño! (Radin!), de Fred Cavayé, sobre un tipo muy así (tacaño), al que el mundo se le viene encima cuando descubre que tiene una hija; un “gasto” tanto alto como imprevisto. También, Dos son familia (su título original en realidad es Mañana comienza todo), dirigida por Hugo Gélin –otra comedia francesa– que es de hecho el remake de No se aceptan devoluciones, la película de Eugenio Derbez. Y finalmente Si no despierto Si no despierto (Before I fall),de Ry Russo-Young, sobre una chica que vive una y otra vez, repitiéndolo, el último día de su vida (que por cierto es febrero 12). Esa chica es la preciosa Zoey Deutch, que –créanme– sola vale el boleto.
