El cine nunca se detiene, con lo que prácticamente todos los días surgen nuevos títulos para ver, reflexionar y discutir. Claro, no todos son relevantes o de estatura mayor, sabiendo además que cada cual persigue objetivos distintos, que de común traducen en verbos: conmover, asustar, deleitar, divertir, rememorar, concientizar, etc., a la vera del par de verbos esenciales al cine desde siempre: narrar y entretener. Ahora mismo, tres son los films que tengo en la cabeza, porque no he comentado sobre ellos: Los miserables, la ópera prima del nacido en Mali, Ladj Ly; Jojo Rabbit, ganadora del Oscar a guion adaptado, del neozelandés Taika Waititi; y Uncut gems (Joyas en bruto, o algo así), de los hermanos Josh y Benny Safdie, de exhibición limitada en salas pero visible en Netflix. Si de ilustrar un curso de géneros cinematográficos se tratase, la película de los Safdie serviría muy bien en cuanto al tono o tratamiento de “tragedia moderna”, con Jojo Rabbit como una sátira desde la comedia (como suele ser) y Los miserables como un drama de evidentes notaciones críticas y muy vigente temática. En una suerte de ejercicio minimalista de adjetivos, el de Uncut gems quizá sería frenética, el de Jojo Rabbit riesgosa (pensaron que sería “divertida”, ¿verdad?) y el de Los miserables, dolorosa. O esa es mi opinión, al menos. 

Uncut gems se centra en el joyero neoyorquino Howard Ratner (un excepcional Adam Sandler), quien debe dinero por todas partes debido a su adicción por las apuestas. Su matrimonio está roto y vive al filo de todo y de todos, jugándosela en el vértigo de cada uno de sus días, buscando sortear cuanto obstáculo le impida concretar algún negocio millonario que pague sus deudas y le permita rehacer su vida. Empeñando aquí, apostando allá, transando acá y prometiendo acullá, Howard maquila por fin el deal soñado, en la forma de una roca etíope incrustada de diamantes. Pero su complicado entorno –acuñado por él mismo con tantas pésimas decisiones– querrá pasarle, una a una, las facturas de su inconsciencia. Cual lo dije antes, Uncut gems es una película frenética (por ende, ruidosa, agotadora) que funciona tanto como un retrato de personaje que como descripción de esta era y este mundo cínicos en los que lo que manda es tener dinero, y buscarlo sin escrúpulos si no se tiene, que ya habrá tiempo después para encarar las consecuencias. Film incómodo, descarnado, que deja una sensación de vacío de rostro trágico. Así los tiempos actuales. 

En cuanto a Jojo Rabbit, el riesgosa que le adjudiqué arriba tiene que ver con la automática dificultad de entregar como ligera, “divertida”, una cinta cuyo contexto es el holocausto, a despecho de sus intenciones satíricas y de que no lo muestre. Jojo (Roman Griffin Davis) es un niño cautivado por el nacionalismo del Reich, que justo por ello se une a las Juventudes Hitlerianas, apoyado por un amigo imaginario cobardón, pueril y nada brillante: el propio Adolf (ya saben cuál, encarnado por Taika Waititi). Aunque es bulleado por el machismo imperante, las cosas le marchan a Jojo, hasta ese momento en que descubre que su madre (una juguetona Scarlett Johansson) oculta y protege a una niña…judía. Muy bien aceptada por el público, no es de extrañar que la crítica más bien haya cuestionado a Jojo Rabbit, en especial por la discordancia ya mencionada entre su tono y su “universo”. Y más aún porque su ejercicio burlesco se percibe revestido de cierta obviedad superficial, que es además poco provocador, sin el ácido corrosivo y destructor característico de toda sátira que se precie (justo como otras en torno a la figura de Hitler). No obstante, establezco que a mí me gustó la película, y no poco. En sus mejores momentos es dulce de una manera adecuada, aguda en la reflexión y lúcida para establecer la hondura de su intención, a contracorriente, como ya se dijo, de la “corrección política” que por definición exigen los terribles eventos vinculados a Hitler y el holocausto. En cuanto a Los miserables, intentaré comentarla en breve, contando con espacio suficiente.                                                    

Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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