Editorial | La expropiación petrolera

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En 1938 el presidente Lázaro Cárdenas decidió expropiar las empresas extranjeras que explotaban el petróleo mexicano. Desde entonces la fecha, 18 de marzo, quedó establecida en el calendario cívico como de gran celebración.
Me tocó asistir a varias ceremonias en diferentes lugares a través de los años y las recuerdo más o menos solemnes -siempre estaba el presidente- pero con asistentes orgullosos de trabajar, de un modo o de otro, en esta industria que sentíamos muy nuestra.
Girando alrededor de la industria petrolera mexicana, de Pemex, la economía mexicana creció sólidamente hasta la década de los setenta; la ingeniería mexicana se desarrolló con la importante aportación del Instituto Mexicano del Petróleo que en combinación con magníficos centros educativos, señaladamente el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad  Nacional Autónoma de México diseñó sistemas, herramientas e instrumentos que fueron innovadores y se exportaron al mundo, además de aprovecharse en México.
Siempre hubo corrupción en Pemex y se hicieron grandes fortunas además de las escandalosas de los líderes del sindicato, es cierto, pero también hubo gran contribución al desarrollo económico y beneficio social,
La reforma energética reciente acabará entregando los beneficios del petróleo a compañías privadas que no tienen, por su naturaleza misma, vocación social. Es cierto que era necesario modernizar Pemex pero no necesitaba socios. Además, los cambios en la ley han privado a México de aportes que harán falta para el desarrollo pero no tocaron a los líderes sindicales corruptos que siguen medrando sin control.
Hoy 18 de marzo de marzo de 2015 no hay nada que celebrar. Pronto comprobaremos que hay mucho que lamentar en lo que al petróleo se refiere.
José Luis Pandal

El comentario ácido, irónico, informado y puntual de José Luis Pandal, que aborda temas políticos y de la vida cotidiana.

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