Así se llama una canción del ya fallecido Cornelio Reyna, cantante muy popular en su momento que era como de transición entre lo ranchero y la banda, me parece a mí.
El sujeto de la melodía cae en los brazos de una linda y hermosa criatura que le cubre todo el cuerpo de besos, pero el que me hizo acordarme de la composición cayó en el desempleo. Me refiero desde luego a David Korenfeld que por andar en el helicóptero oficial de CONAGUA -aunque no a veinte mil metros de altura- desahogando asuntos personales se vio obligado a renunciar a su chamba.
No es, ni mucho menos, el único funcionario que utiliza lo público como si fuera de su personal propiedad pero sí el primero que se cae -cuando menos recientemente- a causa de la exhibición del abuso por cuenta de un vecino armado de un oportuno artefacto que le permitió tomar la foto y de la presión de una opinión pública que a veces aparenta estar despertando de su letargo aunque en otras ocasiones parece que duerme, imperturbable, el sueño eterno.
Pero es buena la lección y útil la enseñanza, armémonos todos de un artilugio portátil saca fotos y también del valor cívico necesario para exponer los abusos de los muchos que utilizan lo nuestro como si fuera suyo.
Por cierto, me estoy acordando de otra canción que decía: tu retratito lo traigo en mi cartera…Así que mejor no abusen.
