Ahora sí, la cartelera local está de presumir; qué bueno. Engalanada por La la land, la hermosura que comenté aquí hace ocho días, hay en ella varias otras cintas de significativa estatura, consecuencia de estar inmersos en la llamada “temporada de premios”, que mueve a un ritmo distinto –con los mejores títulos– a la distribución y a la exhibición cinematográfica. Así pues, puedes encontrarte en los cines (además de La la land) por ejemplo Luz de luna (Moonlight); justo el film que la noche del 26 de febrero ofrecerá la principal oposición a La la land en la ceremonia de entrega de los Oscar. Dirigida por Barry Jenkins, Luz de Luna ilustra el difícil periplo –de la infancia a la edad adulta– de un varón de color, residente en un violento barrio marginal de Miami. Para el personaje, Little (más tarde Chiron), ese camino traduce en un proceso no sólo de resistencia y supervivencia, sino por igual de encuentro: con él mismo y con lo (el) único que parece abrirle un espacio de pertenencia y conexión para compartir. Los críticos se han vuelto locos con Luz de luna, a la que otorgan un promedio casi de 10 perfecto (9.9) por sus méritos (fuente: Metascore del 5 de febrero, en IMDB). En paralelo, ha recibido ocho nominaciones al Oscar: a mejores película, director, actor de reparto (Mahershala Ali), actriz de reparto (Naomie Harris), guion adaptado, fotografía, edición y música original. Genuinamente un film ineludible, basado por cierto en una dramaturgia (nunca puesta en escena) llamada A la luz de la luna los niños negros se ven azules.
Como otra de las opciones de interés, hay que considerar La gran muralla (The great wall), la película china más cara de todos los tiempos. Se trata en rigor de una coproducción China-EEUU, cuya principal carta de presentación es que está dirigida por Zhang Yimou, el interesante realizador al que debemos, entre otras películas notables, Héroe (2002), La casa de las dagas voladoras (2004) y La maldición de la flor dorada (2006). La gran muralla es un film construido en la vena genérica de la aventura fantástica, con Matt Damon en el rol protagónico central. Ya tenía rato que no llegaba a México, como estreno comercial, una película de Zhang Yimou; habrá que verla para juzgar si la espera valió la pena, porque aparentemente ha tenido una recepción apenas tibia por parte de público y crítica. Esto no es el caso de Talentos ocultos (Hidden figures), de Theodore Melfi –basada en eventos reales– sobre un equipo de mujeres afroamericanas (tres en especial) que en los 60s formaron parte de la NASA, en los crews inmersos en la carrera espacial frente a la Unión Soviética. Mujeres cuyas habilidades matemáticas las convirtieron para el caso en verdaderas “computadoras” humanas, que a pesar de ello debieron transitar, soportar y trascender la cruda segregación racial de su tiempo. Talentos ocultos está nominada al Oscar en tres categorías, a mejores película, guion adaptado y actriz de reparto (Octavia Spencer), además de tener un cast que incluye nombres como los de Kevin Costner, Kirsten Dunst y el propio Mahershala Ali, mencionado arriba a propósito de Luz de luna. Como sea, aquí lo principal, no hay duda, son las tres heroínas de la historia –hoy figuras históricas, ya no ocultas— interpretadas por Taraji P. Henson, Octavia Spencer y Janelle Monae. Otra película imprescindible.
En cuanto a lo demás que vale la pena, es grato que sigan en cartelera Hasta el último hombre, de Mel Gibson (6 nominaciones); La llegada, de Denis Villeneuve (8 nominaciones); La mejor peor de todas, de Stephen Frears (2 nominaciones) y Un monstruo viene a verme, de J.A. Bayona, sin nominaciones al Oscar pero ya con premios por varias partes. Así que ahora toca –y deseamos– que ya nos lleguen Manchester frente al mar (6 nominaciones), Fences (4), Sin nada que perder (Hell or highwater; 4) y Un camino a casa (Lion; 6). Aprovechemos el momento; nos vemos en el cine.
