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El cambio climático afecta a los pobres. 2 grados son mayor peligro de lo que se cree

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·         Por ello es necesaria una reingeniería en los modelos de
desarrollo que le den a este grave problema su debida importancia,
coinciden expertos en la BUAP

BUAP. 8 de octubre de 2017.- El cambio climático y su “hijo” no menos
peligroso, el calentamiento global, ejercen un poder devastador en las
economías campesinas, ponen en riesgo la seguridad alimentaria de la
humanidad y matan a más personas de las que se piensa. En general,
ofrecen un panorama difícil para las próximas tres décadas. En ello
coincidieron expertos al cierre del Séptimo Congreso Nacional de
Investigación en Cambio Climático, cuya sede en la región Golfo fue la
BUAP.

“Es impresionante. Va de por medio la seguridad alimentaria del
mundo”, lamentó Rey Acosta Barradas, de la Universidad Veracruzana,
quien estudia los efectos del cambio climático en las economías de
comunidades, como el municipio de Actopan, Veracruz, donde identificó
problemas sociales como una alta migración de los jóvenes hacia
Estados Unidos por la pérdida de la capacidad de autosubsistencia que
el clima actual ha propiciado en esa pequeña región.

Enfatizó que el principal desafío del planeta será la producción de
alimentos para las 10 mil millones de personas que se estima habitarán
el planeta en 2050, con escasez de agua, suelos erosionados y
condiciones climáticas adversas, aspectos que afectan más a la
agricultura familiar, ya de por sí en estado de vulnerabilidad, y que
forman parte de un círculo vicioso: atender la elevada demanda de
alimentos tiene un alto costo ambiental, la cual, al ser combatida
mediante diversas acciones, mengua la producción.

Ante esta situación, el economista propuso al huerto familiar, el
traspatio, como un recurso para disminuir la dependencia a la gran
industria alimentaria, una de las que más propicia el CC. “Aunque las
economías familiares no son culpables, sí son las más afectadas”,
agregó el especialista. Para ejemplificarlo, habló de Actopan, donde
el campo no es una opción de vida, el deterioro social es evidente,
pobreza galopante y la pérdida de valores y degradación social se
extienden.

Observó en Actopan temporadas de sequías más largas y de lluvias más
cortas, destrucción de microecosistemas, extinción de especies
locales, olas de calor más intensas, agotamiento de mantos acuíferos,
eventos climáticos más fuertes e inesperados (en el Atlántico, tres
huracanes se desataron al mismo tiempo en septiembre) y la propagación
de enfermedades como dengue, zika y Chikungunya, tal y como sucede en
numerosas regiones del mundo.

Los desafíos, comentó el especialista, además de emprender acciones
para mitigar los efectos del CC, son revivir las esperanzas de una
vida digna y con expectativas de crecimiento y promover la agricultura
traspatio.

Por ello, dijo, hay que aterrizar los modelos macroeconómicos al nivel
micro, para conectar los problemas socioeconómicos con los
ambientales. Es decir, una reingeniería mayor que considere al cambio
climático y todas las condiciones que impone. “Las economías del CC
tendrán que ocupar una parte prioritaria dentro de la agenda de
políticas públicas”, concluyó.

Con este especialista coincidió Polioptro Martínez Austria, de la
Universidad de las Américas Puebla, quien sostuvo que la sociedad ha
subestimado los efectos del cambio climático, como el número de
muertes directas. El director de la UNESCO-UDLAP Chair on
Hydrometeorological Risks ha estudiado las olas de calor y sus efectos
en la ciudad de Mexicali, al norte del país, donde los medios dicen
que las altas temperaturas rompen récord cada año.

Tras mostrar datos que revelan el incremento de la intensidad y número
de las olas de calor en dicha ciudad, los tiempos de sequías, así como
de emisiones de CO2, que no se han detenido, el especialista sostuvo
que estas condiciones son muestra que el CC ya afecta de forma directa
a la población. “Decir que la temperatura global aumentará dos grados
no es una cuestión simple”, consideró.

En Mexicali, donde se superan los 43 centígrados, cada vez más
personas mueren a causa de olas de calor. El problema para definir
cifras certeras es por el registro de las víctimas. Las altas
temperaturas, al agravar la diabetes y enfermedades renales, del
aparato respiratorio y cardiovasculares, incrementa la mortandad
durante temporadas de calor; registros atribuyen la causa de los
fallecimientos a estos padecimientos pre-existentes y no al calor.

La BUAP apuesta por la educación ambiental para hacer frente al CC.
Las energías “limpias” son un respiro, no la solución

De toda la energía que se produce y consume en el mundo, alrededor del
83 por ciento proviene de combustibles fósiles: gas natural, carbón y
petróleo, en ese orden de importancia para México, donde el 92 por
ciento de la electricidad proviene de estas fuentes energéticas, un
porcentaje similar en el estado de Puebla. “Este es uno de los
principales motivos del CC, por ello, hay que sustituirlos por la
energía del Sol y del viento”, afirmó Apolonio Juárez Núñez, del
Centro de Estudios de Energía y Ambiente de la BUAP.

Por iniciativa del Centro de Estudios de Energía y Ambiente se han
instalado celdas solares y sistemas eólicos para proporcionar energía
eléctrica en cinco espacios de la BUAP: el propio centro, el
laboratorio de Ciencias Aplicadas y la dirección, los tres de la
Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y los edificios de Rectoría y
de la Secretaría Administrativa, en Ciudad Universitaria.

Asimismo, con la intervención del mismo centro se cambiaron alrededor
de 800 luminarias de filamento por focos led, en el Edificio Carolino,
los cuales gastan mucho menos electricidad, para hacer eficiente el
consumo de energía. Otra acción importante de la BUAP para mitigar los
efectos del CC es la instalación de los llamados quioscos sostenibles,
en los que es posible recargar computadoras portátiles, teléfonos o
tabletas digitales, entre otros dispositivos, y producir energía
mediante una bicicleta fija.

De estas unidades se han instalado 11 y se pondrán en marcha 10 más,
en una segunda etapa, tanto en CU como en otros campus de esta y otras
ciudades del estado. “Estas son acciones palpables de nuestra
universidad. Sin embargo, creemos, y pugnamos por ello, en que lo más
importante es la educación ambiental. La BUAP tiene un papel
importante en este tema que debe ser prioritario, pues hay que
entender que llevaremos a nuestro planeta a un punto grave sin
retorno, si seguimos por este camino”, comentó el investigador.

En la Institución hay grupos de investigación enfocados en el CC, no
obstante el esfuerzo aún es incipiente: hace falta una mayor
vinculación con los gobiernos. “Nuestros estudios nos permiten conocer
el problema. Con base en ellos podemos decir que Puebla podría
utilizar sin problema las energías solar y eólicas para sustituir a
los combustibles fósiles. Nos dicen también que estas energías son una
alternativa para las siguientes tres décadas, para darnos un respiro,
y no como la solución final, pues también afectan al medio ambiente”,
concluyó.

Redacción

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