“El buen fin” para nada reflejó en cuanto a estrenos fílmicos atractivos. Se mantuvo en cartelera lo esperado —Coco, Thor: Ragnarok, Liga de la Justicia, Asesinato en el Expreso de Oriente— y lamentablemente perdimos Somos lengua: fragmentos del hip-hop en México. Esas que generaban duda —Manifesto y Los pasos de papá— aprovecharon el peso de los nombres Cate Blanchett y Ben Stiller (respectivamente) para ganar segunda semana de exhibición, lo cual es buena noticia. Y llegó Una verdad incómoda 2 (An inconvenient sequel: truth to power), documental que continúa la mirada de aquel otro Una verdad incómoda (2006), con el ex-presidente de EEUU Al Gore como estandarte, sobre los riesgos eventualmente fatales del cambio climático. El otro debut, un film nacional, fue la comedia Cómo filmar una XXX, ópera prima de Manuel Escalante, basada –hasta donde se sabe– en una dramaturgia de Alejandro Licona. Habrá que ver, pero siempre es bienvenido el cine mexicano, llámese como se llame. Ahora bien: si ustedes más bien están en pos de algo en la vena del horror y la aventura, ahí está a disposición Terror a 47 metros (47 meters down), del inglés Johannes Roberts, tratada regular por la crítica, con Mandy Moore y Matthew Modine. Así que, en un balance, lo dicho: de “buen fin”, poco y nada.
En cuanto a la ya mencionada Asesinato en el Expreso de Oriente, de Kenneth Branagh, apenas unos apuntes. Su principal problema parece ser…Kenneth Branagh, pero en su carácter de actor, justo encarnando a Hercule Poirot. Es evidente que el personaje del gran detective –núcleo de la novela de Agatha Christie– no se ve bien en pantalla con Branagh. Tampoco lo percibe adecuadamente el público, lejos como está del perfil del Poirot encarnado por Albert Finney (un gran trabajo), en la versión de 1974 dirigida por Sidney Lumet. Tal vez sea porque el Poirot de Branagh se diseñó comédico en exceso, con sólo atisbos de su flemática seriedad característica. Es más un mañoso sibarita de manías, que el “sabueso” riguroso y puntual que justo por ello ganó su fama. Dicho esto, sólo queda resignarse y conformarse con “lo otro” de la película: un cast atractivo, estupendas ambientación y fotografía, y la historia clásica de Christie respecto de un asesinato que cualquiera pudo cometer a bordo del Orient Express, el exclusivo tren que surca de Estambul a Londres. Cual lo mencioné aquí mismo hace ocho días, el cast que acompaña a Kenneth Branagh incluye a Penélope Cruz, Johnny Depp, Derek Jacobi, Judi Dench, Michelle Pfeiffer y Willem Dafoe, entre los más conocidos. Dos ganadores del Oscar (Dame Judi Dench y Penélope Cruz) y cuatro nominados al mismo (Branagh, Depp, Pfeiffer y Dafoe). En fin, ahí está como opción Asesinato en el Expreso de Oriente.
Y en otro orden de ideas, ¿saben quién cumplió 33 años? La neoyorkina que responde al nombre de Scarlett Johansson. Hagamos memoria, ¿en qué películas la hemos visto? O tal vez, ¿cuáles son esas diez en las que principalmente la recordamos? En mi caso al menos –en orden cronológico– esas películas son: El señor de los caballos (The horse whisperer; 1998), Perdidos en Tokio (Lost in translation; 2003), La joven con el arete de perla (2003), La provocación (Match point; 2005), La otra reina (The other Boleyn girl; 2008), Vicky Cristina Barcelona (2008), Un zoológico en casa (We bought a zoo; 2011), Hitchcock (2012; ¡como Janet Leigh!), Bajo la piel (2013) y Chef a domicilio (Chef; 2014). También estoy consciente, por supuesto, de su presencia en mega-blockbusters como Iron Man 2, Los vengadores y las más recientes de Capitán América, encarnando en todos los casos a Natasha Romanoff. De entre ellas, mi favorita es Perdidos en Tokio: dulce recordatorio de que la amplia diferencia de edad puede no ser impedimento para la intensa atracción mutua, cuando lo que buscas y necesitas es el bálsamo de la compañía y el reconocimiento del otro. Feliz cumpleaños a la guapa güera, consentida de todos.