La verdadera historia de lo acontecido en el seno camotero tiene que ver con un juego de intereses y dinero.
Todo transcurría de manera normal y sin contratiempos, los puntos obtenidos por el equipo de la franja lo ponían en la línea de la clasificación, quinto lugar general y a sólo ocho puntos de la liguilla, quedando veintiuno por disputarse, daban casi por hecho que el objetivo sería alcanzado sin mayor problema, sobre todo por como venía jugando la escuadra.
Se vino el partido contra el Atlas y una indicación terminó con las aspiraciones camoteras, una indicación con la que Meza no estuvo de acuerdo y que le generó problemas de dialogo con los directivos; paralelamente y después de que se les había dicho a los jugadores que tendrían una prima especial por lograr la salvación del descenso, vino la indicación de que la prima no sería posible y peor aún, que tampoco habría prima por lograr la clasificación a la liguilla.
Esas tres indicaciones fueron las causantes de la debacle camotera que al día de hoy representan cinco derrotas de manera consecutiva y prácticamente la eliminación del torneo.
Ya con el niño ahogado y de manera desesperada, el sábado por la tarde-noche en el hotel de concentración en la Ciudad de México, se presentó una comitiva de la televisora con la encomienda de decirles a los jugadores que si lograban la clasificación sí habría prima, lo cual motivó en cierta manera a los jugadores, pero ya vimos que fue demasiado tarde, pues pareciera que cuando se pudo no se quiso y cuando se quiso ya no se pudo.
Una vez un personaje con mucha experiencia en temas futbolísticos me dijo lo siguiente en una comida: mira, el futbol en México es el único deporte donde te pagan bien por perder, y si quieres ganar, tienes que poner un dinero extra (primas tanto colectivas como individuales).
En este negocio, quien crea que los jugadores aún juegan por el amor a la camiseta, están totalmente equivocados; con la globalización del futbol y los altos sueldos que se pagan, lo único importante para el jugador es el dinero, digamos que es su única motivación, al menos la única que los hace poner el extra para ganar partidos.
Por esos simples detalles, le digo a usted que el Puebla a pesar de tener todo a su favor no logró meterse a la liguilla del futbol mexicano y ahora saldrá más caro el caldo que las albóndigas, pues con el problema porcentual que presenta el equipo de la franja, la escuadra tendrá que ser reforzada de buena manera so pena de tener que pagar en un año la módica cantidad de 120 millones de pesos para mantener la categoría, y todo por querer ahorrarse unos cuantos pesos.
Honestamente se los digo, cuando los directivos piensan que son más vivos que los jugadores, cometen un gran error, en serio, en este negocio nadie es más vivo que los mismos jugadores. Es cuánto.
Lobos BUAP
Con mucha tristeza hemos sido testigos del desplome del equipo universitario, una escuadra que luchó años por lograr el ascenso, que lo logró a base de esfuerzo y contra todos los pronósticos, que logró tener una primera vuelta excepcional donde consiguió 23 puntos e incluso estuvo cerca de meterse a la liguilla y que sabía que logrando en este torneo 17 unidades estaría salvado, pasara lo que pasara.
Desconozco si esa primera vuelta generó una confianza excesiva en el plantel, que lo fue marginando de obtener buenos resultados.
Un planteamiento táctico que si bien había dado resultados en el primer torneo, se encontraba ya caduco al haber sido estudiado perfectamente por los equipos rivales y donde no se tuvo la capacidad de modificarlo cuando aún era tiempo.
El tiempo terminó por asfixiar la confianza del grupo y se tuvieron que tomar decisiones apresuradas ante la desesperación de que las cosas no salían.
Queda claro que mantenerse en la primera división con recursos limitados es mucho muy complicado y más cuando no formas parte del sistema que maneja el futbol mexicano donde entre las limitantes del equipo y las situaciones extracancha, terminas por ser aniquilado.
La situación se ve muy complicada quedando seis puntos en disputa y sólo una verdadera reacción del equipo podría modificar las cosas, es decir, no queda más que intentar ganarle al Monterrey la próxima semana y en quince días al Puebla en CU, difícil sí, más no imposible, pues en el futbol hemos visto cosas así y hasta peores.
No queda más que esperar y ver qué pasa en las próximas dos semanas para saber si Puebla se queda con dos equipos en el máximo circuito o sólo con uno que tendrá que cargar una losa muy pesada en cuanto al porcentaje.
Un respiro
Es importante apuntar que tras la derrota de Veracruz en su casa ante León, la situación del descenso queda de la siguiente manera: si Lobos BUAP conquista 4 de los 6 puntos que le restan y Veracruz logra un máximo de dos unidades de aquí al final, Lobos se salva, pero si los escualos ganan uno de los dos encuentros restantes, ya sea a Toluca o a Cruz Azul, o se llevan el triunfo en los dos, la escuadra universitaria está obligada a ganar sus dos juegos restantes. Y una tercera opción es que si ambos ganan los dos choques que les faltan, el que se salva es Lobos.
Nosotros como siempre seguiremos en línea.
Hasta la próxima.