La imagen y voz de un ser querido

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Juan Carlos Rulfo es un documentalista probado, autor de trabajos muy valorados. En su respectivo momento, escribí con amplitud sobre dos de ellos: En el hoyo (2006) y Los que se quedan (2008). A continuación recupero algunos segmentos de lo dicho por entonces, como preámbulo al tema de la columna de hoy.

En el hoyo, de Juan Carlos Rulfo, es la gran obra del 2006 del cine mexicano. No un retrato puntual de la obra, sino más bien una mirada –de tres años– a un puñado de obreros constructores del 2º piso del periférico capitalino. Mirada, de genuino interés y palpable fraternidad, a las rutinas, sueños, expectativas y visión de mundo de 8-9 de los obreros constructores, entre los miles que durante años dejaron parte de su vida y decenas de sus anhelos entre las trabes, el polvo, el concreto, los riesgos y los muertos detrás del “ser íntimo” de una obra tan descomunal como desquiciante. En resumen, un testimonio gozoso, conmovedor, de la dignidad estoica, encarnada en esos auténticos filósofos del cotidiano infierno urbano. Uno en especial, “el Chaparro”, queda además como el personaje fílmico más entrañable del año.

Los que se quedan. Un testimonio vigente, acuciante y conmovedor de Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman, de mirada al impacto sobre las familias y comunidades dejadas atrás por quienes migran a EEUU en busca de mejores oportunidades de subsistencia. Los realizadores se acercan a villorrios de Chiapas, Yucatán, Puebla, Michoacán, Jalisco y Zacatecas, para conocer los sentimientos y las encrucijadas de “esos que se quedan”, añorantes de sus respectivos padres, esposos, parientes y/o amigos ausentes, sin una comprensión cabal (apenas lo visible y elemental) de sus motivos para irse. Familias que son el rostro olvidado, el segmento opuesto –casi nunca explorado– de la migración.

Todo lo anterior viene a cuento porque comienza a hablarse, con comprensible expectativa, de Cartas a distancia, el más reciente documental del “güero” Rulfo. Se ocupa de cómo enfermeros/as fungen también de intermediarios “comunicantes” entre hospitalizados por Covid-19 y sus familias. Tuve acceso a un corte ya muy cercano a lo que será el corte final del film y, no hay duda, se trata de un trabajo muy sensible –resonante y emocional– que principalmente opera sobre la honda humanidad de la situación, con rebotes obligados, inevitables, a las condiciones en que médicos, paramédicos y enfermeros (la llamada primera línea) enfrenta las riesgosas aristas del virus y la pandemia. Desde luego, habrá que ver el documental terminado para juzgarlo con la precisión adecuada; pero adelanto aquí algunos aspectos que la propia producción ha revelado.

Sus personajes son un grupo de familiares y pacientes que buscan alternativas de comunicación entre ellos, ante las restricciones de contacto y compañía de la pandemia. Aislados, los pacientes pierden toda comunicación con sus seres queridos, lo que les resulta devastador en la incertidumbre de su enfermedad. Jorge –enfermero de un hospital de la CdMx– y otros de sus compañeros, encontraron un mecanismo para paliar dichas angustia y distancia: cartas. En medio del caos y la preocupación, algunas familias comenzaron a mandar escritos a sus enfermos a través de los trabajadores de la salud, lo que tradujo en un intercambio epistolar que no sólo ha dado certeza a la gente, sino también –se afirma– una inyección de ánimo que ha salvado la vida a muchos pacientes. Ante esto, la producción de Cartas a distancia propuso a Jorge ampliar el intercambio a más familias, dando oportunidad a los enfermos de contestarles a través de videocartas. Esto volvió mucho más poderoso el contacto, documentado como una noción de intenso amor parental. Así lo vivieron los realizadores: “Nunca como ahora habíamos sido testigos de la enorme fuerza regeneradora de la imagen y voz de un ser querido”. Atentos, pues, a Cartas a distancia.

Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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