A menos de cuarenta días de que el 2023 finalice, se va acercando el momento de hacer el tradicional balance de lo visto, en cuanto a cine nacional e internacional, a lo largo del año. Mientras eso sucede, revisé mis archivos para recordar qué films mexicanos se destacaron hace justo diez años. Principalmente fueron dos: Los insólitos peces-gato, de la veracruzana Claudia Sainte-Luce, y La jaula de oro, del castellanoleonés Diego Quemada-Díez. De entonces para acá, Sainte-Luce ha dirigido cuatro largos más: los dramas La caja vacía (2016), El camino de Sol (2021) y El reino de Dios (2022) –que arrasó en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara– así como Amor y matemáticas, que más bien coquetea con la comedia. Por su parte, Quemada-Díez no ha vuelto a filmar desde La jaula de oro, al menos en el rol de director. A continuación recupero lo que en su momento reseñé sobre Los insólitos peces-gato, que puede verse en Netflix, y sobre La jaula de oro, disponible en Apple TV. Así pues, me cito a mí mismo…
“En Los insólitos peces-gato la historia es simple, pero no superficial: Claudia (Ximena Ayala), una joven solitaria, conoce en el hospital a Martha (Lisa Owen), una madre enferma de sida. Casi por azar, Claudia termina integrándose al clan de Martha –de clase media, formado por ella, tres hijas y un pequeño– con lo que su soledad se diluye, pero queda inmersa en ámbitos que no conoce: el de “pertenecer” (por fin), pero también el de los rigores y preocupaciones de familia, en medio de mucha humanidad. En el Festival de Toronto, la FIPRESCI otorgó a Los insólitos Peces-Gato su prestigiado galardón, justificándolo así: ‘En su vibrante film de debut, Claudia Sainte-Luce muestra una precoz, punzante y juguetona comprensión de los dinamismos de familia y de la capacidad del corazón humano para la generosidad, la empatía y la ternura, aún en las condiciones más adversas’. La película también recibió premios y nominaciones en los festivales de Gijón, La Habana, Locarno y Mar del Plata”. (Paso ahora al comentario sobre La jaula de oro)…
“Filmada en Guatemala y México, La jaula de oro se suma a un puñado de films significativos sobre el tema de la migración y sus entornos. Nos llega precedida de un buen número de premios en los festivales de Cannes, Bombay, La Habana, Lima, Mar del Plata, Sao Paulo y Zurich. Relata el intento de tres adolescentes por llegar a EEUU desde Guatemala, sorteando México. Ellos son Juan (Brandon López) –el líder– Sara (Karen Martínez) –haciéndose pasar por varón– y Chauk (Rodolfo Domínguez), indígena que ni siquiera habla español. El director Diego Quemada-Díez consigue una película alejada de la lástima y el miserabilismo, que establece como lo nuclear el viaje –no su desenlace– desde la dimensión que ese viaje adquiere: la de una experiencia forjadora tanto de carácter como de vínculos de genuina fraternidad. La jaula de oro es un film sólido, conmovedor, que evita cuanto puede los clichés sentimentales asociados al tema, ofreciéndose como nueva oportunidad (distanciada, no distante) para reflexionar sobre la urgencia de políticas y cambios –en los que predomine una imprescindible humanidad– en torno a todo eso, tan complejo y doloroso, implicado en los flujos de la migración. Y mientras escribo, llega la noticia: La jaula de oro obtiene nueve Arieles, convertida en la gran ganadora de la ceremonia de entrega. Merecidamente se la premia en los rubros de mejor película, guion original (Quemada-Díez, Gibrán Portela y Lucía Carreras), actor (Brandon López), coactuación masculina (Rodolfo Domínguez), fotografía (María José Secco), edición (Paloma López y Felipe Gómez), sonido (Matías Barberis, Raúl Locatelli, Michelle Couttolenc y Jaime Baksht), música original (Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman) y ópera prima. Ojalá que alcance mucho público, en todos lados”. (Cual lo comenté al inicio, han pasado ya diez años desde las premieres de los films que hoy recordamos).