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Pequeñas Ofensas Epistolares

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Pequeñas Ofensas Epistolares
Pequeñas Ofensas Epistolares

Alfredo Naime

Siglo XX, década de los 20s. En el pueblo inglés de Littlehampton, la muy pía y recatada solterona Edith Swan (Olivia Colman) recibe una 19ª carta ofensiva, con improperios e insultos que la degradan y se burlan de ella. Como en las ocasiones anteriores, su familia está segura de que la ha escrito la joven viuda Rose Gooding (Jessie Buckley), su malhablada, desenfadada y nada decorosa vecina de junto. No tienen evidencias, pero los “indicios” (algunos desencuentros con Edith y su clan) apuntan a eso. Harto de la situación, el indignado padre de Edith (Timothy Spall) exige a la policía el arresto de Rose, lo cual sucede, alejándola de su hija adolescente y de su nueva pareja. Pero hay quien duda de la culpabilidad de Rose, ante la falta de pruebas: la oficial Gladys Moss (Anjana Vasan), quien con otras mujeres del pueblo se da a la tarea de descubrir la verdad detrás de los hechos. Lo hace veladamente, puesto que sus superiores –varones, claro– le han ordenado “no meter más las narices” en un caso, para ellos, diáfano y resuelto. Eso sí: semanas después, las cartas reaparecen; esta vez decenas, dirigidas a muchos residentes de Littlehampton. Así, lo que era un mero affaire local, de pueblo, se convierte en mayúsculo escándalo nacional. Y recordemos: son los albores del siglo pasado, en la flemática, correctísima, Inglaterra.

Todo esto sucede en la muy divertida comedia Pequeñas cartas indiscretas (Wicked Little letters), tercer largometraje de Thea Sharrock, cuya ópera prima Yo antes de ti (2016) en su momento gustó mucho en México. Esta vez Sharrock construye su universo a partir de contrastes diametrales, insertos en el picaresco conservadurismo de una pequeña comunidad poco acostumbrada a sobresaltos sociales, pero capaz de “disfrutarlos” cada que aparecen. Contrastes de género, de crianza, de autoridad, de costumbres, de sentimiento ante la vida –siendo el principal, claro, ese entre Edith y Rose, respectivas representantes del recato y la “desvergüenza”– permeados por un humor presente no sólo al centro de los eventos, sino también en su periferia, con rol brillante en los insultos de cada carta, que son genuinamente cómicos más que crudos. Y es cierto que Rose cumple con todos los rasgos para ser la principal sospechosa, pero en su defensa arguye: ¿Por qué enviaría yo cartas, si puedo decir lo mismo? Una sabiduría rotunda, que empantana más el dilema de descubrir al autor(a) de las cartas profanas. Muy disfrutable, Pequeñas cartas indiscretas no es la cinta menor que por su humor y tono parece a ratos. Destacan en ella las actuaciones de Colman, Buckley y Vasan, quienes al alternarse el punto de vista narrativo hacen más orgánico un relato que acaso deja de ser misterio demasiado pronto, pero en el mismo momento capitaliza bien su nueva veta de interés y progreso. Me gustó mucho, pues, valorada en los rangos y dimensiones que corresponden. Exhibe en salas, por si quieren verla.

Concluyo con un breve comentario sobre Yo antes de ti, de la propia Sharrock, que como antes dije, gustó al estrenar. En ella, Lou (Emilia Clarke) es una joven con apuros económicos que se contrata como cuidadora y compañía de Will (Sam Claflin) –de familia muy rica– tetrapléjico desde un trágico accidente vial. Ella es vital y optimista; él, sobra decirlo, vive amargado. Con absolutamente nada en común y sin pretenderlo, Lou y Will acuñan, a su manera, una historia propia; un romance contra todo pronóstico, a pesar de las encrucijadas y de…ellos mismos. Una película no mayor, pero sí grata y emotiva. Su luz es Emilia Clarke (parece interpretarse a sí misma), tanto como Lou es la cálida luz de Will en el argumento. Si bien susceptible de algunas objeciones –la principal, relativa a cierta decisión del postrado joven– Yo antes de ti es en esencia un film sin trampas, reconocible y hasta inspirador, diseñado no tanto para reír o lagrimear, sino para pensar, sentir y valorar. Justo lo que hacemos a diario, según el carácter y la fuerza de las circunstancias. Exhibe en Prime Video, además de que Netflix pasa otra cinta de Sharrock: The beautiful game.

Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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