En nuestra sección de psicología, la Dra. Pipis Planell nos acompañó para hablar de un tema que muchas veces pasa desapercibido pero afecta profundamente a quienes lo viven: las personas que son demasiado sensibles.
La especialista explicó que la alta sensibilidad no es un defecto ni un problema, sino una característica emocional que hace que algunas personas procesen los estímulos del entorno de manera más intensa. Esto incluye palabras, gestos, tonos de voz, cambios ambientales e incluso la energía emocional de otras personas.
Comentó que quienes tienen esta cualidad suelen experimentar emociones más profundas, mostrar gran empatía y tener una intuición desarrollada. Sin embargo, también pueden sentirse fácilmente abrumados, agotados o lastimados por situaciones que para otros pasarían desapercibidas.
La Dra. Planell destacó la importancia de reconocer y validar la sensibilidad como parte de la identidad personal, así como aprender herramientas para poner límites, comunicar necesidades y regular las emociones de forma saludable.
Entre sus recomendaciones, mencionó prácticas como la respiración consciente, la pausa emocional, la autorreflexión y rodearse de ambientes y relaciones que respeten el ritmo emocional propio.
Una charla que ayudó a comprender mejor cómo funciona la sensibilidad y cómo acompañar mejor a quienes la viven día a día.
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