Siempre es bueno ganar algo aunque no sea muy importante. Este torneo de ´copa´ es menospreciado por muchos, incluso por los que disputaron la final con jugadores que son considerados no titulares -inexplicablemente en el caso del equipo poblano porque los sí titulares andan haciendo un papelón- pero es un torneo oficial y la federación mexicana algo le saca pues de otro modo no lo haría; ya sabemos que para ellos el deporte es un modo de hacer dinero y nada más.
Así que felicidades al equipo y abrazo grande a los aficionados, especialmente a aquellos que son fieles a la franja hasta la muerte. Abrazo tan grande que alcance para cuando descienda el Puebla porque de ese previsible acontecimiento no planeo escribir, así que de una vez.
Y de Cuauhtémoc Blanco que decir. Es un jugador emblema del futbol mexicano, representante legítimo del aficionado al balompié como deporte y no como negocio.
Espero que gane -no es probable, desgraciadamente- la presidencia municipal de Cuernavaca, capital del tan mal gobernado estado de Morelos, porque sería sin duda un gobernante superior a cualquier político tradicional, de esos demagogos, corruptos, ladrones y fantoches que abundan.
Espero que el INE, ese ente lamentable que organiza las elecciones en nuestro infortunado país, no le ponga trabas de esas que son superables para grillos -grillas digamos en recuerdo a su inventor como ´política´, el patético Fox– como Xóchitl la malhablada, pero no para ciudadanos comunes sin recursos para pagar leguleyos y tinterillos hábiles para estos cochupos.
Cuauhtémoc, por razones diversas, representa cabalmente a muchos mexicanos comunes con sus claroscuros.