El otro día escuchaba en la televisión a una señora que supuestamente es experta en temas económicos -aunque a mi me parece que no le alcanza el IQ para ser experta en nada- decir que la mejor inversión posible era la que se hacía en … ya no recuerdo qué. Pero en algo así como tecnología o competitividad, alguna de esas cosas que están de moda en la libre economía de mercado … que produce gran cantidad de pobres.
La pobreza es la más triste condición del ser humano, me parece. Provoca enfermedades, por falta de nutrición y prevención, perdida de autoestima, tristeza, frustración. Infelicidad, en una palabra. Un sistema económico que produce pobres y perpetúa esa condición -porque es una herencia maldita que persiste de generación en generación casi siempre- es un sistema que no funciona aunque los indicadores sean magníficos y la perspectiva inmejorable a largo plazo. A largo plazo, ya lo sabemos, todos estaremos muertos.
Ahora bien, lo contrario de la pobreza no es siempre la riqueza, o para ser preciso, la solución a la pobreza en su dimensión más profunda, es la educación. Quien tiene acceso a la educación, también en su dimensión más amplia, puede salir de la pobreza o cuando menos mantener su dignidad por encima de sus carencias. El tema es largo y da para mucho -volveré sobre lo mismo pronto- pero para mí esta claro, no tengo ninguna duda.
La mejor inversión es la que se hace en educación.