En los tres días posteriores a la elección de este 2015, he dado mis impresiones respecto a los resultados obtenidos, Con mayores resultados o, para ser preciso, con otros elementos ya conocidos y que son los legales, confirmo, en general, mi apreciación inicial. La única verdad, decía el general Juan Domingo Perón, es la realidad.
Así, veo un INE ineficiente que no tiene nada de que presumir, y partidos que perdieron, no solo electoralmente sino en fuerza y presencia política – PAN, Panal, PT, Humanista y sobre todo el PRD -, otros que sorprendieron – MC y PES – porque obtuvieron una cantidad de votos que no corresponden a su real representación ni al número de sus militantes, y otros que ganaron – PRI, PVEM y MORENA – en posiciones pero sobre todo en fuerza política.
Esa es la realidad dura y seca, sin eufemismos ni explicaciones. He recibido comentarios del tipo ´comprar votos no es ganar la elección´, ´violar la ley no puede representar una victoria legítima´ y otros en ese sentido y comprendo el sentimiento de frustración de quienes esperaban una especie de transformación social como producto de estos comicios, pero no hay tal. No hay, en realidad, nada nuevo bajo el viejo sol de nuestras costumbres ´democráticas´. Y tenemos que aceptar que las deformidades de nuestros usos electoreros – acarreo, compra de votos, dádivas y promesas, etcétera – son comunes a todos los partidos con las diferencias propias de la circunstancia, del modo y lugar de cada uno.
No comparto la idea de un pueblo bueno engañado por unos malosos que se aprovechan de su miseria y que espera que otros, bondadosos, acudan a redimirlo. Todos se aprovechan de la miseria y la ignorancia de un pueblo ni peor ni mejor que todos los de esta tierra, pero que en México es particularmente vulnerable porque no ha sido desarrollado, inculcado, el concepto de ciudadanía. Por ahí, por explicar y fomentar este concepto, este modo de vida ciudadano, debe empezar la transformación de México.
Después de esta elección, empieza un nuevo ciclo político que nos llevará no a una movilización para acrecentar los valores ciudadanos y democráticos, sino a ….. otra elección que resultará muy parecida.
