Peso promedio: Hombre: 75kg Automóvil: 1 tonelada
Materiales: Hombre: huesos, carne y tripas Automóvil: metales, plástico y fibra de vidrio
Velocidad: Hombre: 15 Km/h Automóvil: de 80Km/h en adelante
Costo: Hombre: 5 minutos de preparación, 9 meses de cocción y enseñanza al gusto.
Automóvil: desde 70.000 pesos (uno nuevo)
Viendo estos datos tan fríos y calculadores, todavía no entiendo cómo hay cafres que sin más ni más osan aventarles el carro a los peatones, esperando que estos hagan gala de sus mejores saltos olímpicos.
No sólo los conductores tienen ventaja del artefacto que los transporta a su entendimiento y necesidad, sino que ellos se evitan el esfuerzo físico, salvo el de empujar los pedales y jalar la palanca (ah y poner las direccionales), cosas que después de un tiempo se hacen por inercia. ¿Cuántas veces hemos escuchado o visto como la gente es atropellada y vuela por los aires como pajarito?, sólo que la caída es dolorosa y a veces mortal, sobre todo cuando no únicamente vuelas para arriba, sino también 10 o 12 metros para el frente y haciendo sapitos sobre el pavimento.
Está bien sentir el poder que te da una maquina como es un carro, sin embargo se debe respetar el libre tránsito de los que son jodidos, naturalistas que andan a pie, y es que no es el hecho de decir que son bestias en la calle, porque también hay que aceptar que a veces los peatones se pasan «como Pedro por su casa» en una avenida muy concurrida incluso teniendo un puente a unos cuantos pasos y entonces no llegan al otro lado, o al menos no al otro lado de la calle.
Pero, en las avenidas hay divisiones y reglas para los peatones, y el problema es cuando no se respetan esas reglas. ¿Cuántos invaden sin compasión alguna el lugar asignado a los peatones cuando el semáforo esta en rojo?, o ¿cuántos “colados” se pasan los semáforos ya en rojo, haciendo ver que el amarillo no importa y sólo perjudicando a los que andan a pie pues ellos son los que tienen que modificar y arriesgar su paso y torear a los carros que salen de todas direcciones en esta selva urbana?
No entiendo cómo alguien le echa el carro a una persona de edad bastante “alta” o con alguna discapacidad, creyendo que por amagar con atropellarlos el cuasi invalido va a levantarse como Lázaro y apurarse para que el conductor en cuestión no pierda el estilo viéndose malote.
Lo bueno o más triste del caso es que no solo no respetan a nosotros los jodidos, sino que entre ellos es lo mismo. Hay que molestar e invadir el carril del que tiene un automóvil más chico del que está conduciendo. Las motos se le avientan a las bicicletas, los sedanes a las motos, las camionetas a los sedanes, los buses a las camionetas y los tracto camiones a todos los anteriores.
Son cosas básicas e importantes, y muy comunes, quien no recuerda el chiste de: una persona es atropellada cada 5 minutos, ¿Cómo hace para aguantar tanto golpe? Pues hay que tener cuidado, ya que eso no sólo le pasa a los jodidos naturalistas, hasta los ricos se bajan a la tienda por un refresco y tienen que caminar.
Si creen que soy exagerado, vean la 31 poniente y el blvd 5 de mayo o al frente del Triángulo de las Ánimas como el Cirque Du Soleil hace gala de sus mejores actos, digo, como los peatones logran pasar la calle.
Si usted es peatón, tenga cuidado, no vale sólo confiar en los semáforos y señales de tránsito, si usted es conductor, hágalo bien y por favor, si ven a un viejito medio ciego queriendo pasar la calle, no porque le eches la Cheyenne su espina dorsal hará milagros.
Foto: Sili(k)
Alejandro Cadavid