De cada hecho surgen miles de interpretaciones. Todo depende cuál sea el punto donde nos encontremos parados. Es decir, un choque de autos seguramente se verá de mayor magnitud en un punto de la escena, que en otro.
Lo mismo pasa en la política, en el deporte y en todo. Por eso, cuando te dicen que uno u otro candidato ganó el debate, hay –naturalmente- distintas opiniones. Me refiero a los que no tienen compromisos, ni intereses específicos, porque a los que sí, el “plan francés” manda. Se entiende, ni hablar.
Pero más allá de eso, cuando platicas con ciudadanos que no tienen apasionamiento por las historias, te dicen que sintieron inseguro a uno, que no transmitió mucho el otro, que –para terminar pronto- se lo pudieron haber ahorrado.
Resultó enternecedor ver que la mayoría de los espacios informativos dieran ganador a uno. Y por mucho. Seguramente porque le “confían la confianza”.
Estamos habituados a que los políticos digan y luego repliquen que no dijeron, que no eran ellos. Primero muy seguros y luego a echarse para atrás. Lo dicho, molesta cuando se pretende que los ciudadanos somos tontos.
Todo esto vino porque recientemente YouL me dijo que la acupuntura sirve. Afirmó tajantemente que así era, porque nunca hemos visto un puercoespín con dolor de cabeza. Es cierto, esa es una interpretación a partir de una imagen física. Tal vez el puercoespín lo vea distinto.
Debate, candidatos y lo que los rodea, todavía no están en nivel para ponerles mi atención. Cuando se tomen las cosas en serio, avisan.
Manuel Frausto Urízar
