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Films de siempre magnético cine «diferente»

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Esta es mi 7ª columna consecutiva sugiriendo films a revisar “mientras estamos en casa”. Digamos que agrupé los cinco de hoy considerándoles “diferentes”; es decir, films que poco tienen que ver con los cánones acostumbrados de forma o de contenido (e incluso, de ambos). Los ofrezco en orden cronológico, según su año de producción…

Medeas (2013), de Andreas Pallaoro. Un granjero autoritario y su familia habitan una alejada finca rural del sur estadounidense. Las cosas van cada vez peor con su producción de lácteos. El hastío, la insatisfacción, la desesperación, el no-futuro, los consumen a todos, excepto a los hijos más pequeños; un entorno y una situación para explotar en poco tiempo. Película sobre los mapas de la desesperación humana. Rigurosa, fragmentaria, casi sin diálogos, minimalista, descansa en observar las acciones (o la inacción) de sus personajes. Un film de visualidad espléndida, en el que pesan lo sensorial y emocional de mundos íntimos, ante la incapacidad de todos frente al mundo físico. No para todo cinéfilo, a despecho de su fachada poética y de lo bien que sustenta sus premisas.

Timbuktú (2014), de Abderrahmane Sissako. Drama en torno al acoso represivo de los jihadistas sobre los habitantes de la ciudad titular y sus cercanías, con castigos a vivencias cotidianas como tu fe, la música, reír, fumar o jugar futbol. Por eso muchos lugareños se han ido, mientras algunos –como el pastor Kidane y su familia– buscan seguir, con la frágil esperanza de que la situación no les alcance. Pero un incidente en el entorno de Kidane destruye su espejismo de paz, arrastrando en la caída a su esposa e hija. Así, la tragedia asume rostros conocidos. La denuncia encarna y la indignación explota, a pesar de la inquebrantable decisión del director Sissako de no caer en la violencia ni en la histeria estridente. Obra maestra sensible, serena, humana, profunda, que mantiene a raya sus corceles hasta que ya es imposible, pero evitando cualquier rasgo de victimización.

La bruja (2015), de Robert Eggers. Ubicada en Nueva Inglaterra en el siglo XVII, tiene que ver con una familia cristiana forzada a abandonar su comunidad por diferencias con sus habitantes. Establecen su granja en despoblado. Entre evidencias de brujería, la cosecha se hace estéril y el bebé del clan desaparece, confrontando a sus miembros. En tanto, en el obscuro bosque vecino…suceden cosas. Distinta a casi todo lo visto de cine de horror, la cinta es tanto historia como atmósfera, tan intrigante como inquietante, brumosa pero visible, suficientemente ambigua sin ser confusa. Deja la certidumbre de que no narra para distraer, sino para dejar a la reflexión –expuestos– una serie de temas vinculados.

Paterson (2016), de Jim Jarmusch. Un chofer de autobús urbano gasta su tiempo entre su trabajo, su esposa (que cada día tiene un nuevo sueño o iniciativa), pasear a su perro, tomarse una sola cerveza en el mismo bar y…escribir poesía. Lo mismo todos los días, en la dulce rutina de un tipo así, dulce, que no siente esa rutina como asfixia, sino como certidumbre y reafirmación. ¿Eso da para una película? ¿Y el conflicto, la tensión, la lucha de los personajes? Están ahí, vestidos de cotidianidad, enmascarados de pequeñas variantes y sustentados en algo que ya es casi imposible de creer: la convicción de que el ser humano es esencialmente bueno. Una pequeña gema, que merece una atención mayor.

El Sacrificio del ciervo sagrado (2017), de Yorgos Lanthimos. Un adolescente se hace “cercano” a la familia del cirujano al que –operándolo– se le muere su padre. A partir de ahí, lo demás resulta helado, inesperado, inefable, de tan absurdo y terrorífico como es. Drama absorbente, inquietantemente contenido, que incursiona (sin hacerlo evidente) en el horror psicológico. Una película incómoda, diferente, para sensibilidades recias. Es Nicole Kidman, impecable, quien encarna a la esposa del médico. Este film obtuvo el premio al mejor guion en el Festival de Cannes 2017.

Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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