“No me siento bien ¿Qué tengo?” Sus palabras retumbaron en mí. La impotencia de no saber qué hacer para ayudar, es lo peor que he sentido en mi vida. Sé que en casos difíciles, no hay nada mejor que estar, que compañar, que estar pendiente. Eso ayuda, me dicen.
Pero en mi caso, va más allá. Me gustaría poder arrancar una sonrisa y saber que es el remedio para todos los dolores. Que la compañía sea como una luz que ayude a mejorar la situación. Sé que no es así de fácil.
Sin duda, la gran enseñanza es que debemos estar pendientes de nosotros mismos y de los que están cerca. No debemos desaprovechar el tiempo en tonterías, en enojos sin sentido, en batallas contra el viento.
Sin duda, como me dijo una amiga: Un te quiero que no termina, un abrazo que la arrope y que tenga la certeza de que todo va a estar bien”. Eso es en escencia lo que debemos dar a los que están con nosotros. No importa si pasan por un mal momento o no.
Nada es más importante que disfrutar lo que hacemos y estar plenos con las personas que nos acompañan en este camino. Pero no está de más demostrarlo. Estar, platicar, preguntar, compartrir, hacer sentir que de verdad, cada pieza es importante en la ruta.
Es gratificante saber que los que te rodean hacen eso, están pendientes, preguntan ,comparten, apoyan. No sé exactamente cómo se agradece eso. Por lo pronto, debo hacer lo mismo. O mejor aún, quiero hacer lo mismo. Ser y estar.
Fue un semana muy difícil, de recuerdos, de momentos amargos, de incertidumbre. Pero siempre estuvieron ahí. Todos, a su manera, apoyaron. Sumaron, facilitaron esas horas de tensión. Gracias a todos por hacerlo.
Me gustaría algún día, pagar de la misma manera. Que directa o indirectamente, sepa que hubo algo que brindó la tranquilidad, felicitad, paciencia o lo que sea necesario para el momento. La fuerza del ser humano está en tener la certeza de que, mientras estemos, nos podemos ayudar.
Afortunadamente no fue nada grave, aunque el recorrido de las revisiones tenía vitrinas que mostraban posibilidades indeseables. Eso fue lo más difícil, que en el abanico de causas, aparecían unas nada gratas.
Hoy, la tranqulidad ha vuelto. Gracias a todos por sus mensajes, buenos deseos, interés y hasta por los silencios que también acompañan.
Foto: greg_hero
Manuel Frausto Urízar
Sublime compañero. En verdad así pasa cuando no puedes controlar algo… Que bueno saber que está bien y que estás a su lado. Un abrazo a los dos, gracias pór tus enseñanzas.
P.D. quiero escribir!!!
Querido Manuelito,
Por eso y mucho mas, no me canso de dar gracias a Dios de que estes con Jess. Te quiero
Hola Manolo…
Yo creo que todo eso tiene un nombre, se llama amar, la vida, las personas, los instantes y aunque a veces parece que duele, es tan fuerte que siempre tiene una respuesta y es la que esperamos.
Saludos y abrazos de esos que arropan.