La entrega del Oscar no sólo consagró a Nomadland como la película del año, ganando tres de las categorías más importantes; también nos recordó, en su In memoriam, cuanto talento notable perdió el arte del cine durante 2020. Por ejemplo, actores todos ellos, Ian Holm –Bilbo, en la saga El señor de los anillos– con una trayectoria de más de 130 créditos actorales; Max Von Sydow –casi 170 créditos actorales– estelar en películas de la talla de El séptimo sello y El exorcista; Olivia de Havilland, actriz legendaria, eternamente recordada como la Melanie Hamilton de Lo que el viento se llevó; Christopher Plummer, el austriaco patriota Capitán Von Trapp de La novicia rebelde; Michel Piccoli (¡240 créditos interpretativos!), actor de casi todos los directores célebres de su época: Buñuel, Hitchcock, Ferreri, Louis Malle, entre otros; Sean Connery –eterno consentido de la gente– el James Bond original, que también fue Daniel Dravot en El hombre que sería Rey y William von Baskerville en El nombre de la rosa; Chadwick Boseman, no sólo Black Panther en un buen número de películas del Universo Marvel, sino por igual intérprete de personajes de color icónicos, como el abogado activista Thurgood Marshall en Marshall, el beisbolista Jackie Robinson en 42 y el músico/cantante “superstar” James Brown en James Brown: rey del Soul. Chadwick sólo tenía 43 años al momento de morir.
Pero no sólo perdimos histriones el pasado 2020. También a directores importantes, como el sudcoreano Kim Ki-duk y el británico Alan Parker. Kim Ki-duk y sus films fueron reconocidos por todo el mundo, significativamente en Festivales como los de Berlín, Cannes, Karlovy Vary, Moscú y San Sebastián. Algunos de sus films principales: La isla (2000), Primavera, verano, otoño, invierno…y primavera (2003), El espíritu de la pasión (3-iron; 2004), El tiempo (2006) y Piedad (2012). Por su parte, Alan Parker será recordado como un realizador dos veces nominado al Oscar, por Expreso de medianoche (1978) y por Mississippi en llamas (1988). Otra de sus películas, Alas de libertad (Birdy; 1984) obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes. Se suman a la lista de sus cintas más recordadas Fama (1980), Pink Floyd: The Wall (1982), Evita (1996) y Las cenizas de Ángela (1999).
Por igual perdimos a un cinefotógrafo –Giuseppe Rotunno– y a los compositores Ennio Morricone y Johnny Mandel, genuinamente relevantes. Giuseppe Rotunno fotografió films de Vittorio De Sica, Fellini y Luchino Visconti, entre otros directores célebres. A él debemos las imágenes de cintas como Rocco y sus hermanos, El Gatopardo, Ayer, hoy y mañana, Roma, Amarcord, El Casanova de Fellini, Ensayo de orquesta y El show debe seguir. En cuanto a los compositores, a Ennio Morricone, creador de más de 500 partituras para cine y TV, se le identifica de inmediato como el autor de la música de El bueno, el malo y el feo, Cinema Paradiso, Érase una vez en América, Los intocables y La misión. En 2007 recibió un Oscar honorario por la riqueza y relevancia de su trayectoria, mientras que en 2015 recogió la estatuilla por Los ocho más odiados. Finalmente, Johnny Mandel siempre será recordado como el autor no sólo de la música de MASH, sino también de “Suicide is painless”, la canción que se tornó genuino sello e ícono de la película. Además, en 1966 Mandel ganó el Oscar a mejor canción por “The shadow of your smile”, el tema romántico de Almas en conflicto (The sandpiper). Y créanme, dio mucho gusto el ingreso de Johnny Mandel al Salón de la Fama de Compositores de Canciones en 2010, cuando tenía ya 85 años. A todos los mencionados, gracias por tanto y que descansen en paz.
(Para concluir esta columna: si van a sala a ver Un milagro inesperado, quédense en su butaca: la canción de los créditos finales –Waiting for my real life to begin– es muy linda y fantástica como cierre. Están avisados).
