En el Festival de Cannes en curso hay películas de directores muy reconocidos, favoritos del que escribe y de no pocos cinéfilos más. De principio, es el caso del italiano Nanni Moretti, del iraní Asghar Farhadi y del norteamericano Wes Anderson. En lo que concierne a Cannes, Moretti ya ganó, en 2001, la Palme d´Or –el premio principal del festival– con La habitación del hijo (La stanza del figlio), un sensible, demoledor, drama de familia; y tiene además, del mismo certamen, el Premio de la Ciudad de Roma por El caimán (Il caimano; 2006) y el Premio del Jurado Ecuménico por Mi madre (Mia madre; 2015). Farhadi, por su parte, fue reconocido en 2013 con el Premio del Jurado Ecuménico por El pasado (Le passé), y en 2016 con el premio a mejor guion por El viajante (Forushande). Y en cuanto a Anderson, Cannes no lo ha premiado, pero en 2012 su Moonrise kingdom fue parte de la competencia oficial, recibiendo algunas de las mejores críticas de la ocasión. Ubiquemos ahora cuáles son las películas que cada cual presenta este año en el célebre festival de la ciudad costera, y lo que se sabe/dice de cada una.
El film de Nanni Moretti es Tres pisos (Tre piani), melodrama relativo a tres diferentes familias que habitan el mismo edificio de apartamentos –de tres pisos– en un barrio romano. Procede de una novela del escritor israelí Eshkol Nevo y está actuada, entre otros, por Riccardo Scamarcio, Margherita Buy, Alba Rohrwacher y el propio Moretti (en el papel de Vittorio). Lastimosamente, los primeros comentarios de los especialistas no le han sido favorables a Tres pisos, con expresiones, por ejemplo, como “No hay mucho que decir de ella”, “Sus simplonas ironías carecen de una narrativa que les dé sentido” y “Los eventos pasan sólo por (malos) caprichos del guion” (Ben Kenigsberb; RogerEbert.com). Pero falta saber qué opinará el público sobre Tres pisos cuando estrene en salas, en especial porque los cinéfilos de a pie suelen coincidir poco con los críticos y porque Moretti en verdad es un director consentido.
Asghar Farhadi se hace presente con Un héroe (Ghahreman), drama relativo a un tipo que cae en la cárcel por no poder pagar una deuda, y que –a partir de eso– ve como sus intentos de arreglar el asunto salen al revés. El actor que encarna a Rahim, el hombre en problemas, es Amir Jadidi, a quien acompañan, entre otros, Sarina Farhadi (hija del director), Mohsen Tanabandeh y Fereshteh Sadre Orafaiy. Cuando escribo, Un héroe no ha sido proyectada en Cannes, pero ciertas opiniones tempranas se muestran divididas. Como ejemplo: “Este relato realista de Farhadi es demasiado desordenado e insatisfactorio” (Peter Bradshaw; The Guardian); y, en cambio, “El más reciente dilema moral de Asghar Farhadi es su mejor película desde Una separación” (David Ehrlich; Indiewire). A la espera del recibimiento que Cannes brinde a Un héroe, ya hay quienes le mencionan como un presunto 3er Oscar para Irán en la categoría de Film Internacional. Los dos anteriores se otorgaron a Una separación y a El viajante, también dirigidos por Farhadi.
Finalmente, la cinta de Wes Anderson en Cannes es la comedia La crónica francesa (The french dispatch), programada para verse en la edición del año pasado, lo cual no pudo ser. Se la describe, con cierta ambigüedad, como “una carta de amor a periodistas”, según lo que sucede –a propósito de un suplemento– en la oficina francesa de un periódico norteamericano. De inmediato impresiona su reparto, plagado de estrellas: los veteranos Bill Murray, Frances McDormand, Edward Norton, Benicio del Toro, Tilda Swinton, Anjelica Huston, Willem Dafoe, Christoph Waltz, Adrien Brody, acompañados de los más jóvenes Léa Seydoux, Saoirse Ronan y Timothée Chalamet. “Montaña rusa” de ideas y de estructura compleja, se menciona a La crónica francesa como una de las películas más ambiciosas de Anderson, y como un homenaje –al final– a la cultura y el arte franceses.