Queridos compatriotas: una vez que mis también queridos mexicanos nos dejaron fuera del Mundial Sub 17, me di a la tarea de apoyarlos en el camino al título. Primero, para eliminar a los “mulas” Alemanes, que nos mandaron a la fregada a los dos en el mundial México 86; primero a los mexicanos, después a nosotros.
Tras el “partido del siglo” (sub 17, no empiecen) entre México y los teutones, y la manera en que se consiguió el triunfo, era importante visitar el estadio Azteca para la final. Instalados en el lugar y en espera de ver salir al terreno de juego a los verdes y a los celestes, disfrutamos de un Brasil vs Alemania, que nos entretuvo y que ofreció 7 goles. El tercer sitio, pues, fue para los alemanes.
Minutos antes de iniciar el cotejo final, los protagonistas salieron a calentar. Primero los uruguayos que se llevaron tremenda rechifla y luego los tricolores, que desgranaron una ovación incomparable.
La voz oficial del estadio Azteca, Melquiades Sánchez Orozco, solicitó a los presentes saludar a Joseph Blatter y Justino Compeán, que se llevaron más mentadas de madre que López Portillo.
El momento había llegado. Una turba de ilusionados fanáticos, con su venda ensangrentada en la cabeza, esperaba ansiosa a un lado mío, el inicio del partido. Toda clase de personajes. Junto a mí, la cálida mirada de un “chilango” con cara de Flavio Sosa, que en repetidas ocasiones quiso conocer mi opinión de los movimientos estratégicos de brasileños, alemanes, uruguayos, mexicanos y del SNTE. A su lado, una ampliación de fotografía de Mario Bros, que solicitó amablemente mi encendedor ya que el suyo se lo quitaron a la entrada por no guardarlo, como el dijo, “donde las arañas hacen su nido”.
En la fila siguiente, una especie de “losétodoyporesotodolopuedo” ingería cerveza con su boquita que alcanzaría para sellar herméticamente cualquier fuga agua, responsabilidad de SOAPAP. Eran como representaciones de partidos políticos. El galan, profundamente idiota; el “bienportado” que buscará casarse con una cantante de público infantil; el más bien feo, pero colmilludo que llevó las riendas de la parranda y el pobre estúpido que no pelaban mucho y que hacía sus chistes y festejos, para sí mismo.
Junto a mí, del lado izquierdo, dos damas que disfrutaron de principio a fin el encuentro; que cantaron, inundaron sus ojos de lágrimas y gritaron con mucha energía el “eeeeeeeputoooooo” y el rápidamente adoptado “eeeeeeefuaaaá”.
Les comparto coterráneos, que me dio gusto que ganara México. Que me impresionó la rápida organización de más de 100 mil personas para imponer un grito, una canción, una porra, una mentada. Que es algo que no disfrutamos nosotros desde el ya lejano 1998.
Sin duda, lo mejor de la inusual experiencia, fue el video que logró captar la oportuna lente de Win, apoyado por los efectos especiales de Youl, que les comparto con mucho cariño. En fin, compatriotas. Mando cariños a Francia. Ya habrá otra oportunidad.
Por lo pronto, confirmo que el que piense que lo importante es competir, seguro siempre ha quedado en segundo lugar. No hay nada parecido al triunfo.
Foto: Win
Manuel Frausto Urízar
Claro que lo importante es ganar. Yo no sabía que a los segundos lugares les daban trofeo, en fin. Bien por los chavos que sigan así su carrera o hasta que les alcance para prostitutas
Les dan trofeo, en algunos casos anillos y medallas…
Jajajajaja usted siempre tan fino 😉 excelente nota aún sigo escribiendo pa’ que reconozcas mi talento 😀 saludos
Sere curioso, Manolo: si la carta es a Francia… ¿por que no esta en frances? ja! no es cierto, muy bueno tu comentario como siempre. Saludos!