Lo más reciente que he visto en salas cinematográficas es En movimiento (En corps), de Cédric Klapisck, film galo nominado, en 9 categorías, al César, el principal reconocimiento que otorga Francia. Tiene que ver con Elise (Marion Barbeau), talentosa bailarina de ballet. Sólo segundos antes de salir a escena en un auditorio repleto, la joven descubre la infidelidad de su novio, también bailarín de la compañía. Devastada, Elise ofrece sin embargo una función memorable, que se rompe por una caída justo en el salto final. El diagnóstico inicial es esguince, pero escala después a una lesión más seria, más compleja. En un instante, Elise no sólo se queda sin novio –doloroso, pero superable– sino también, muy probablemente, sin futuro como bailarina, lo cual ha sido, y es, su vida entera. En medio de un tratamiento clínico de inciertas expectativas, Elise se ve obligada a afrontar su situación y replantear lo conducente. A sus 26 años, ¿podrá bailar nuevamente? Y de no ser así (lo cual es casi un hecho), ¿qué alternativas tiene su porvenir? ¿Cómo aceptar, recomponer y superar lo que le está pasando?
Hay mucho que agradecerle a En movimiento. De principio, claro, una historia arraigada en la natural tragicomedia que es la vida. Por igual, la belleza y el vigor de su universo, que es el de la danza, clásica y contemporánea; un lúcido sentido de la contención, que evita a la película caer en el melodrama abusivo; un humor reconocible, constante, para recordarnos que aún entre tinieblas deben aflorar –y lo hacen– las bromas, las risas, que revitalizan tanto el panorama como las perspectivas de las dificultades. Todo ello, por obvias razones, en el marco de un soundtrack que no sólo incluye ballets, sino a Bach, Chopin, Monteverdi, entre más autores y formas (el hip-hop incluido). Por cierto, Marion Barbeau –increíble danzante y hermosa mujer– es prima ballerina de la Compañía de Ballet de la Ópera de París, siendo el rol de Elise su exitoso debut como actriz cinematográfica. La acompañan en la cinta, entre otros: Hofesh Schechter (compositor y coreógrafo que se interpreta a sí mismo), Francois Civil (Yann), Denis Podalydes (Henri), Muriel Robin (Josiane) y Souheila Yacoub (Sabrina). Cierto es que podría durar 10-12 minutos menos, pero para la belleza uno siempre se encuentra tiempo. Si les interesa verla háganlo pronto, ante el riesgo de que dure poco en cartelera.
Girando a otras cosas, dos buenas noticias. La primera, que no debe tardar mucho el estreno de Asteroid City, de Wes Anderson, cuya premiere tuvo lugar hace unos días en el Festival Internacional de Cannes. Si bien allá generó alguna división de opiniones, en general fue bien recibida. Su reparto es espectacular, partiendo de Scarlett Johansson, Tom Hanks, Tilda Swinton, Edward Norton, Adrien Brody, Steve Carell, Willem Dafoe, Margot Robbie y Jeff Goldblum. Ya sabemos que no es poco –ni previsible– lo que suele ofrecer el tejano Anderson, creador, entre otros films, de Fantástico Sr. Fox, Moonrise kingdom, Hotel Gran Budapest e Isla de perros. Ya veremos qué nos deparan los 104 minutos de Asteroid City. Y la segunda buena noticia: ahí mismo, en Cannes, Netflix adquirió los derechos de exhibición de Mayo diciembre, de Todd Haynes, realizador de películas destacadas, como Lejos del cielo, Mi historia sin mí y Carol. Actúan en Mayo diciembre Natalie Portman y Julianne Moore, actriz ésta que ha colaborado con Haynes en cuatro ocasiones previas (la nominaron al Oscar por su trabajo en Lejos del cielo). Desconozco cuándo será el estreno de Mayo diciembre en Netflix, pero mientras tanto, asómense ahí mismo a la ópera prima de Juan Diego Botto –coproducida por Penélope Cruz– En los márgenes (On the fringe; 2022), con Penélope y Luis Tosar en los papeles principales. Nominada al Goya en cinco categorías, su asunto central es el triste panorama de los desahucios en España, que cada nuevo día deja a cien familias en las calles y sin hogar.
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