Lo que parecía una noche complicada para Club Puebla terminó convirtiéndose en un auténtico festival de goles en el Estadio Cuauhtémoc. En un duelo lleno de emociones, los camoteros vencieron 4-3 a Tijuana en un encuentro que tuvo de todo: remontada, intensidad y drama hasta el final.
Una primera mitad complicada
El partido arrancó cuesta arriba para el equipo poblano. Tijuana mostró dominio y aprovechó los espacios para tomar ventaja en el marcador, dejando a los locales con pocas oportunidades claras y obligándolos a replegarse. La afición camotera, aunque impaciente, nunca dejó de alentar.
Segunda parte de locura en el Cuauhtémoc
Todo cambió en la segunda mitad. El Puebla salió decidido a darle vuelta al marcador y encendió el estadio con una racha de goles que devolvió la esperanza. Con precisión, garra y actitud, los dirigidos por Hernán Cristante lograron remontar el encuentro y encender a la afición que convirtió el Cuauhtémoc en una fiesta.
Entre rebotes, jugadas colectivas y definiciones de calidad, el marcador final fue 4-3, dejando claro que el Puebla no se rinde fácilmente.
Un triunfo que vale más que tres puntos
Esta victoria representa más que una suma en la tabla. Es un impulso anímico para el Club Puebla, que demostró carácter y determinación ante un rival complicado. Los aficionados salieron del estadio con una sonrisa, recordando por qué el Cuauhtémoc sigue siendo uno de los escenarios más vibrantes del fútbol mexicano.
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