¿Van a ir?
Cada que viene un juego atractivo en el Cuauhtémoc, vemos la misma historia: los boletos están muy caros, la reventa está en su punto y finalmente, ante la cascada de quejas, nadie hace nada.
Desde hace tiempo sucede lo mismo. Cuando vienen equipos como América o Guadalajara, aumentan el costo de los boletos al doble y en ocasiones hasta un poco más. Recuerdo la fallida visita de la Selección, cuando el “diluvio” nos quitó 45 minutos de show, los boletos eran caros, hubo reventa y finalmente no se jugó el partido completo.
En aquél momento Decio de María aseguro que se compensaría a los poblanos con un partido de eliminatoria, cosa que evidentemente no sucedió. En fin, el tema es que pese a todas las quejas y a la lluvia, el estadio lució lleno. Lo mismo sucede con el Puebla. Miles de quejas por reventa y altos precios, pero el Cuauhtémoc registra una gran entrada.
El principal perjudicado, sin duda, es el aficionado; el que va a todos los partidos del torneo y que suele quedarse fuera de los “grandes” encuentros, por distintas circunstancias. Unas veces porque el precio es inalcanzable, otras porque las entradas están en poder de los revendedores y se vuelven absolutamente inaccesibles, y otras más porque el lugar que ha ocupado en cada partido del Puebla, será llenado por un “aficionado” de ocasión.
Alguien me dijo en la semana que si PROFECO podía hacer algo para que no suban los precios de esa forma. No. La única manera de protestar al respecto, o de “castigar”, la tiene el principal afectado: el aficionado.
Si bien nadie puede obligar a que el club no incremente el precio de las entradas, sí podría quedar en claro que si un seguidor deja de asistir al estadio, se puede generar un problema que haga que los directivos reflexionen al respecto. ¿Cómo se verá el estadio vacío en un Puebla América? ¿Qué harían los altos mandos?
Hay quien piensa que es justo y es un “bono” del aficionado para la directiva y sucede una vez por torneo, pero tampoco nos tiene muy contenta la gente de “pantalón largo”. Otros aseguran que si el equipo marchara bien, valdría la pena pagar el aumento de precio, que tampoco es el caso.
El fin de semana muchos estaremos pendientes del partido para ver si Puebla finalmente logra un triunfo y si el América sigue rumbo a la liguilla. Me gustaría saber cuántos lo harán en el estadio y cuántos preferirán pagar menos y verlo por televisión.
Haciendo cuentas, requieres de 35 pesos de estacionamiento –por cierto, sólo ves a los que cuidan los coches cuando te cobran-, los boletos, dependiendo la zona es el costo (750 el más caro y 270 en sol general, porque los “baratos” ya se acabaron) pero calculemos un promedio de 500 peso por persona. Si sumamos la cerveza, refresco, cemita o lo que consumas, ya se hace una cuenta considerable.
Insisto, habrá para quien valga la pena, otros que prefieran ver el resumen del partido en los programas de la noche, y otros que no quieran dejar pasar la oportunidad de ver a las Águilas, como en los últimos años que hemos atestiguado que el Cuauhtémoc se vuelve amarillo en esos cotejos.
En fin, Deseo dos cosas. Que el encuentro no defraude y que ojalá 40 mil aficionados ganaran en la semana, lo que se van a gastar en 90 minutos.
Foto: adsojesus
Manuel Frausto Urízar