Crónica de un sueño camionero

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En este mundo ya todos los placeres cuestan, o son mal vistos. No se puede andar en calzones como sea por el mundo, ya que las señoras fundadoras del club de la decencia estallan en contra de uno, y mucho menos demostrar afecto efusivo a la persona amada en la vía pública, porque resulta que ahora ya te pueden “entambar”.

Pero existen dos placeres que combinados siguen siendo gratuitos (o al menos de bajo presupuesto) como dormir mientras viajas de regreso al hogar después de un arduo día de trabajo y/o escuela, o después de “hacer tarea”.

Dormir mientras viajas es barato aunque puede resultar muy caro, esa es mi historia, eso suele pasar y lo narro a continuación.

El sol de aquél viernes me quemaba el espinazo. Los sonidos característicos de la ciudad eran orquestados por una sesión de cláxones “at libitum”. La mochila pesaba como pesa una mochila con un folder para todas las materias; una libretita de “Bacacho” donde apunto las ideas y datos importantes, un libro de Manuel Buendía y una sudadera percudida que guardaba de forma optimista, pensando en un futuro cambio climático característico de la tarde/noche. Había ido a realizar una serie de encuestas a una colonia francamente lejana. Una hora y veinte minutos de camino cambiaron mi concepto de “lejos”. Aún con la inquietud por pensar que ya me encontraba en otro estado de la república, decidí tomar el autobús de regreso; eran las 3:22pm  y sudaba por todas partes.

El reflejo de luz sobre el techo de lámina de una vulcanizadora daba de frente a mis gafas chinas. En una taquería se escuchaba una cumbia que hablaba sobre un romance en la cola de las tortillas y una falda a cuadros. Alcé mi brazo quemado y un microbús color marrón se detuvo.

Pagué con monedas de 20 centavos agrupadas con cinta adhesiva que formaban cinco montones de un peso. Elegí el asiento del fondo, abracé la mochila y cerré los ojos, dejándome arrullar por el “al arrorró nene” del motor y me dormí.

Por ratos saltaba al ritmo de los topes y baches de la ciudad; me encontraba en esa línea entre el sueño y el cansancio. Escuché el silencio del motor, las baladas gruperas que armonizaban mi siesta y el viaje de los demás pasajeros se, suspendió de golpe. Percibí el sonido de una latita que se movía, inmediatamente después la voz ronca que decía algo como: “Estimados pasajeros, esto es Radio Camión la nueva forma de cantar en su ruta, coopere con el canto que esto es difícil, pero es más honesto que robar”, y se arrancaron con la primera rola, a la cual le siguieron un par más.

Gracias chófer” dijeron los artistas de la ruta y bajaron con el pago del talento.

Más baches, más topes, por ratos sentía que cambiaba constantemente de vecinos de asiento, “pásele que atrás hay lugares”; “los de adelante, ¿sí se pueden recorrer? Pa’ que quepan todos”, y uno que otro grito por parte de señoritas que se veían acosadas por mequetrefes que aprovechaban del exceso de pasajeros, para mantener un malicioso contacto físico con sus curvas.

Después de un rato volvió a existir cierta paz, sólo nos hacía plática la colección de “Los Temerarios” en formato mp3, que el señor conductor escuchaba, que después de un rato se volvía silencioso para darle paso a un comerciante a bordo. Lamparitas de llavero, agendas de bolsillo y tres chocolates por 5 pesos nos ofreció un sujeto con un script bien elaborado y algo gracioso. Supongo que más de uno cayó en sus garras; y es que tres chocolates por 5 monedas a cualquiera lo atrapan, me imagino que debido al calentamiento global, el chocolate que comerciaba aquél fulano era un mazacote batido, pero aún así, eran chocolates.

Comenzaba a desentenderme del mundo, ya lograba soñar que atajaba un penalti en la final de la copa del mundo (o bueno, en la final del torneo del barrio, el caso es que era un partido importante y yo me volvía la estrella, ante los gritos de ¡portero!, ¡portero!), en eso estaba cuando un sonido muy, muy agudo me jaló del sueño, para luego ser despertado por el impacto de mi frente contra el tubo del asiento frontal. “¡Animal!” gritó una señora que terminó sentada en el pasillo y hasta el fondo.

Pasó lo que ocurre con frecuencia y que es parte de toda esta aventura, un microbús de la competencia y nuestro chofer jugaban al “Rally Dakar” y terminamos estampados en un camellón (y en mi caso en el barandal del asiento). Mis gafas piratas terminaron rotas, inmediatamente una espesa nube de humo gris inundó la unidad y no faltó el atinado y calmado grito de “¡Va a explotar!”, seguido de la lucha de los pasajeros que heridos, zangoloteados y sacados de onda, intentábamos salir por alguna puerta.

Al bajar me di cuenta que por disfrutar de un placentero sueño me había pasado por muchas calles de mi destino, estaba a media hora (en autobús) de mi casa y ya no traía dinero.

5:34pm, el resto del día y sol que seguía quemándome el espinazo, lo pasé caminando hacia mi departamento, tallándome la frente, con sueño y lamentándome no tener 5 pesos, no tanto por mi pasaje como por los tres chocolates que en verdad se me antojaban.

Foto: Yukino Miyazawa

Carlos Irán

Carlos Irán

“Guacarocker”, mantenido y “negrón”. Desde hace muchos años amo la gelatina verde y la radio. Le tengo miedo a las gallinas, me gusta el buen rocanrol y tocar la guitarra de espaldas. Leer más

23 COMENTARIOS

  1. Condenado «Dormilón» eso te pasa por dormilon y no contaste que no es la primera vez que te pasa eso la mas grave fue cuando te fuiste una noche de Tuxtepec, hasta Oaxaca,y todos alarmados porque no llegabas ya te habianmos ido a buscar a la cruz roja , a la cárcel y al anfiteatro, y nada tu mamá a moco tendido y tu roncando en la sierra dormidote en un camión de los que le llamados cuenca y pagando solo el boleto a Chiltepec,lo bueno que esa esperiencia te ha servido para hacer tus crónicas y revelar tus sueños imposibles, quiero decirte hijo que me gusta tu forma de relatar, tus vivencias, sigue le echando ganas y no te duermas porque por ahí dicen que «camarón que se duerme se lo lleva la chningada» así que suerte hijo y un ojo al gato y otro al garabato los quiero mucho cuídense. tu papá

  2. Eaa Mi Rock Me Gusta tu Estilo Siempre con tu humor a todo lo Que da!! Tus Redacciones Traen memorias ami mente y siempre termino con una sonrisotaa :D!!
    Saludotes condenado!! Desde Donde «La vida es como un Free Way»..:P

  3. hola carlitos estuvo genial tu anecdota muy buena me rei mucho y creeme que te entiendo con eso de viajar en camion jajaj todavia recuerdo aquella vez que se calleron mis chicharrines en el micro bueno ire a llorar esta pena jajaj cuidate y muy buena cronica de nuevo ciaoo

  4. bien!! señor, en los buses se pueden forjar más historias que las contadas en las mil y una noches, cada una con un estilo y punto de vista diferente, creando estilos más o menos realistas, futuristas o demandantes (como el que yo incluiré la semana que viene)sin embargo siempre hay elementos propios de donde empezar.

    en lo personal yo no puedo dormir en algo que se mueva salvo que en tierra firme soy cuasi narcoleptico, pero esa sensación de medio dormirse y alejarse del mundo sea donde sea no tiene precio, al menos hasta que algo o alguien te despierta. te iba a mandar un adelanto de mi queja pero resulta que no me se tu mail. Ahí te los paso mañana. adios!!

  5. Buena herencia…. La historia de tu papa relatando el suceso más grave q te ha pasado no pierde el humor q eh encontrado en tus redacciones. Cierto o no? A qien no le ha pasado, con fondo de música de los temerarios (u otra guarra) el placer de tener un gran sueño q aparte es imposible de realizar y que de remate seas despertado por un golpe “físico” por culpa de los operadores camioneros (si no mal recuerdo así le dicen los chilangos); o en lo mejor de los casos el ir baboseando con el paisaje o con una amiga y te pases de tu parada.
    En fin excelente” TU” historia y cómica lo mejor , no podía retirarme a dormir sin antes comentarte y desearte bonito fin de semana ya que no estaremos en contacto en estos días, se te extrañara cmo suele suceder me despido con besos y abrazozzz….

    • Kikecerati.

      Gracias!, gracias, pues que puedo decir? yo solo escribo como hablo.

      Sigue al pendiente de toda la página que todos escriben muy bien.

      Gracias por darse la vuelta y por estar al pendiente!

      Gracias totales!

  6. jajaja mi rocky!! excelente relato y muy buena experiencia, quien no se ha dormido alguna vez…

    a mi me paso, despues de un largo dia de trabajo en pinotepa nacional, aborde mi bus de regreso a tlaxiaco de mis pesadillas y con lo «comodo» de el bus y lo cansada que estaba el tiempo paso y los kilometros avanzaron, cuando desperte vi una terminal grandototota que no se parecia en nada a la calle donde estaciona el bus en tlaxiaco, increiblemente la terminalota gritaba su nombre con unas letrotototas que terminaron de despertarme, la «capu» me dio la bienvenida…

    saludos mi rocky y bien por el post

    • Hola Angélica!.

      Gracias por comentar.

      jajaja! ya me habías contado creo, sí! cosas así pasan cuando uno decide dormir en un autobús.

      Gracias por tus comentarios y por seguir al pendiente, un abrazo

  7. jajaja! me acaba de pasar en el auu! yo no me pase la parada pero si fui a dar al hospital! venia completamente dormidaa… ya t contare bien!
    muchas felicidades carlos!
    me gusta mucho lo que haces!
    un beso

    • Gracias Claudia, te vas a lucir con la gelatina, es mi talón de Aquiles!

      Espero que ya estés mejor después de tu accidente.

      Y que bien que te guste lo que escribo, prometo mejorar y tener mejores historias.

      Un beso (espero mi gelatina verde!)

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