¡Se me rompió el pantalón!

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A todos nos ocurren accidentes incómodos. A la mayoría nos pasa que nos manchamos la ropa cuando más presentables debemos andar, presumimos un moco por horas ante la sociedad sin darnos cuenta, o nos paseamos por el mundo con el cierre del pantalón abierto. Todos estos accidentes con una sonrisa se pueden remediar, pero sin duda alguna uno de los peores es que se te rompa el pantalón y del trasero.

Este suceso no viene solo, ¡NO!, por lo regular se conjuga con cosas peores, esto da pie a que les cuente lo que me sucedió hace unos cinco o seis años, cuando aún era un estudiante de bachiller.

Aquél jueves desperté como todos los días, con los gritos de mi madre anunciando que se me hacía muy tarde: ¡Carlos Irán apúrate que ya es tarde y te tienes que bañar, y ni creas que no me he dado cuenta que llevas dos días sin bañarte!.

Después de la obligatoria ducha, me disponía a vestirme, y al buscar calzones disponibles me doy cuenta que solamente tenía a la mano los rojos deslavados (por la vida), esos que no se sabe por qué uno no los tira, probablemente porque tienen un valor muy significativo o simplemente por flojera. Total, que uno se los pone sin pensar.

Con mi uniforme verde zacate tomé el autobús (a ese que le sonaba todo, menos el estéreo).

Al llegar (tarde por supuesto) a la escuela, entre los regaños del prefecto que era un verdadero dolor de muelas, intenté subir rápido las escaleras, estaba apoyando el pie izquierdo cuando escuché el grito de “¡epa! bolita por favor”, ante esa alerta, los de alma futbolera estamos educados para desatender cualquier asunto, y contribuir con la fluidez del partido, desde en una cancha profesional, hasta en una cascarita callejera con un bote de frutsi como balón.

Con un pie sobre los escalones, estiré mi educada pierna derecha para pasar el balón, cuando escuché un penoso “cuaacshhhhh”. ¡Demonios!, se me rompió el pantalón, y yo luciendo una trusa roja deslavada con agujeritos. Normalmente cuando un pantalón se rompe no pasa de unos 15 centímetros, pero en esta ocasión fue por completo, desde la trabilla trasera del cinturón, hasta el inicio del cierre.

Si yo hubiera sido un alumno aplicado, llevaría una mochila con la cual podría disimular mi accidente, pero solamente llevaba una carpeta con hojas blancas. Eran épocas de mucho calor, no llevaba suéter así que me sentía desarmado, logré apañarle al intendente un par de franelas las cuales lucí como taparrabo (sí, aquí comenzaran los chistes por ustedes lectores sobre mi aspecto y lo natural que luciría usando taparrabo).

Un alma bondadosa que pasaba me prestó una engrapadora, con mucho cuidado (sí, con demasiado) me engrapé el pantalón, y regresé a casa, mientras pensaba ¿qué hice yo para merecer esto?, dos segundos después venía a mí la respuesta.

Foto: swan-t

Carlos Irán

Carlos Irán

“Guacarocker”, mantenido y “negrón”. Desde hace muchos años amo la gelatina verde y la radio. Le tengo miedo a las gallinas, me gusta el buen rocanrol y tocar la guitarra de espaldas. Leer más

14 COMENTARIOS

  1. uuyy chispas se que fue realmente penoso, pero cuando eres niña y en lugar de boxers traes una linda y sexy tanguita la cosa se pone peor y mas aun si estas a kilometros de casa, terminas en alguna tienda de prestigio entrando con taparrabo y saliendo con jeans nuevos….
    moraleja:hay que tirar todo lo viejito que corra peligro de rasgarse..

    excelente post carlitos…

  2. ¡Hola Rockarlos!

    jajajajaja muy divertido el post, recordé una de esas penosas experiencias cuando en pose cual diva, bajo el microbús y llevaba una falda larga muy floripundia con resorte en la cintura… 1, 2 escalones normales y justo para bajar el vehículo, se me atora la falda en el tacón del pie que va por delante, abajo en la calle y con el ente al cual pretendía hacer llamado de atención con el «látigo de mi desprecio» y Clausen con la falda debajo de las pompis, apenas cubiertas por la mitad con la blusa.

    ¡Qué oso! xD

  3. jejeje
    a q mi Carlitos
    pues no eres el unico
    a mi por desgracia m ha pasado n la escuela
    pro no una
    ni dos
    sino 3 veces
    q horrible es eso
    por eso ahora n mi mochila siempre llevo aguja e hilo para lo q c ofrezca
    jeje
    y tmbn m paso n una fiesta
    bailando ‘Payaso de Rodeo’
    (tenia q ser boda jeje)
    m pisan el pie
    pierdo el equilibrio
    m voy para atras
    hasta golpearme con una columna
    y solo escuche ese peculiar sonido del pantalon, el cual nadie quiere escuchar
    y yo golpeado d la espalda y con el pantalon roto
    no podia ser peor
    pro sale bn d esa
    jeje
    cmo ves
    no stas solo
    jeje
    pro q c le puede hacer mientras??
    coser los pantalones
    y la pena nunca c t quitara
    (cuando menos no habia nadie cuando m paso n la escuela jejeje)

    • Pues no queda de otra más que traer refacciones! Yo me declaro incompetente para suturar mi pantalón, pero me preocupo por traer ropa interior en buen estado.(si no limpia y decente, al menos graciosa).

      O la engrapadora hace el paro.

      Saludos Mr P. Mosh!

    • Ya te habías graduado mija, lamentablemente, si no un grito desde el primer piso (Pheeeeeeeeeer!!! como acostumbrábamos en aquellos gloriosos tiempos) hubiese solucionado la situación, o al menos hubieras bajado a reirte de mis desgracias.

      Gracias por navegar en mis historias, te quiero amiga!

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