¿Alguna vez les ha pasado que llegan a buscar a alguna persona y les dicen: “Está ocupado”, “acaba de salir”, “está en una junta”? Seguramente sí.
Ahora, cuando la encargada o encargado de decir que no está, reporta el nombre del interesado, inmediatamente se comunican para decir “disculpe al que lo atendió anteriormente, tengo instrucciones de atenderlo de la mejor manera”.
No entiendo. Hace dos minutos era imposible entablar algún tipo de comunicación y ahora contamos con todas las facilidades para lo que sea. Lo que queda claro es que si eres alguien sin un cargo o título, pues ahí te “hablan luego”, pero si tienes un espacio importante o una posición “elegante”, siempre sí hay quien te escuche.
Ustedes deben saber que cuando llega el “Jefe” los que atienden a los ciudadanos son amables, simpáticos, sonrientes, unos verdaderos caramelos. Pero cuando no hay presencia de alguien para quedar bien, apenas si levantan la “jeta” para ver al visitante.
¿Sigo sin explicarme para qué se alquilan? Si no les gusta tratar con la gente, que se dediquen a otra cosa. Están ahí para atender exactamente igual a todos. Evidentemente tienen la necesidad de ir a buscarlos. Nadie dice una tarde de jueves: “¿qué haré hoy? ¡Ah! Voy a visitar a los muchachos de la Secretaría…” ¡No! Van porque requieren de un servicio.
El que trata con la punta del pie en un primer momento, tiene que aguantarse cuando te ve con la “autoridad”. O cuando alguien se queja y le llaman la atención, tiene que bajarle al estilo. ¿Por qué no se lo ahorran? Si trataran bien a todos, seguramente sería otra historia.
¿Habrá forma de que cambien sus méndigos modos? Me gustaría pensar que sí. ¿Ustedes que creen?
Foto: Blog Antilinux
Manuel Frausto Urízar