Una vez me dijeron: “qué feo es el dinero; cambia a las personas”. ¿Será problema del dinero o de las personas? Tal vez quien nunca lo ha tenido, puede sufrir transformaciones. Existen los que olvidan su pasado y se presentan como una “salamandra tropical”, cuando se les conoció en el papel de “quija acapulqueña”.
Pero vayamos a lo importante. No se trata de cantidad, se trata del uso que se le dará al dinero. Ejemplo: ¿Para qué quieren los encargados del transporte público aumento en su tarifa? No visualizo que sea para que mejoren su servicio. Podría suponerse, pero no nos han dado argumentos, en casos anteriores, para pensar que así será. ¿Por qué creerles?
Sin embargo, el peso, cincuenta centavos, o lo que sea que se aumente, sí hace diferencia para el usuario que tiene que ver la forma de costear los gastos de 4 personas -supongamos- por familia, que tienen que transportarse al trabajo o escuela. Ahí radica el problema real que representan uno o dos pesos.
Evidentemente para alguien que cobra como “Secretario de Desarrollo Económico, Turismo y Competitividad”, pues sí le parece viable el aumento, pero ¿para los demás? Hay veces que es mejor quedarse callado.
En fin, ahora el problema que se avecina es para “los medios”. Cuenta Mario Alberto Mejía en su columna, un posible escenario, nada descabellado. ¿Qué sucederá? Lo sabremos pronto. El tema es que hubo quien pensó que con billetes se ganaba, otros que aceptaron el papel moneda a cambio de su “alma” y uno más que -muerto de risa- veía el triunfo en sus manos. Como lo escribe Mario Alberto, no los necesitaron para ganar la pasada elección. Ahora, el tema del poderoso “Don Dinero” -pero en grandes cantidades- será el “top” de los próximos meses en “los medios” que de ahí viven.
Así, distintos casos y cantidades, escenifican de manera perfecta cómo se pueden utilizar los “recursos”. Cada uno lo utilizamos para cosas distintas y para todos tiene mucha importancia.
Así, adinerado lector, la moneda conmemorativa de los 100 años de la Revolución Mexicana, llamada “El Tren Revolucionario”, fue elegida como la más bella del mundo acuñada en plata. Realmente es muy bonita. Y no es la primera vez; pues en 2008 recibió el mismo galardón la del “Calendario Azteca”.
Qué útil sería que, además de galardones, estuviera al alcance de todo el mundo y que no estuviera devaluada como nuestro tan zarandeado peso. Las monedas no sólo pueden ser bonitas o feas, también pueden causar muchos desgarriates, o pueden servir para nobles causas.
Foto: skyscraperlife.com
Manuel Frausto Urízar