La cultura del «gandalla» es democrática. Igual la aplican pobres y ricos; hombres y mujeres, no importa la edad, sólo la intención de pasar por encima de quien sea, para lograr sentirse «bien». La conocida frase de «El gandalla no batalla» debería llevar un agregado que diga: «pero perjudica a los demás».
Y va desde los «gandallas» que se estacionan en los lugares para «discapacitados», porque en «Ange» no hay lugares libres el fin de semana, hasta los que se detienen formando una doble fila, fundamentalmente donde se les inflaman las bolitas. Eso lo vemos con autos y camionetas muy caros o muy fregados.
[quote]Un poco de educación y sentido común, ayudaría a tener una mejor ciudad. [/quote]
¿Se imagina usted, educado lector, al padre de familia -que se estaciona en doble fila o en un lugar prohibido- enseñando a su hijo que para vivir en sociedad debe haber un orden y respeto?
Ojalá le salieran canas largas en la zona del bikini a las personas que no respetan, que se estacionan en cocheras, que ocupan lugares que no les corresponden, que les vale obstruir la circulación de cualquier vialidad.
Incluyo a los repartidores. En las calles del Centro, con uno que se detenga a surtir la tiendita y a ligarse a la que «atiende», complica todo.
Incluyo a los taxistas. Entiendo que deben detenerse para subir al pasaje, pero no a medio boulevard, cruzando de izquierda a derecha y sin importar los demás.
Incluyo a los ciudadanos sin educación. Los que ponen sus intermitentes y se detienen a platicar con el «compadre» y todavía se enojan si los apresuras.
En fin, la mala educación y el «gandallismo» no ayuda a la convivencia en sociedad. Ojalá los padres que han traído al mundo a los mozalbetes que formarán las «nuevas generaciones» les vayan enseñando esos principios básicos.