La humildad, al parecer, es una palabra que pocas personas conocen y solo algunas la ponen en práctica cuando por situaciones de la vida, se exige tener un bajo perfil y no estar “faroleando” presumiendo un título del que carecen.
Es risible ver como gente que anteriormente no tenía un puesto, cuando por casualidad los designan para una misión por más simple que sea, pierden el piso y quieren trato de rey, para que todo mundo se rinda a sus pies.
Exigen reflectores y piden el micrófono más que los mismos protagonistas que por “equis” motivo no pudieron estar en un evento y los designan como sus “representantes»; hasta parecen mamás de quinceañera en pleno jolgorio queriendo que la gente se fije más en ella que en la festejada. [quote align=’left’]Quieren a toda costa que la gente los vea aunque no aporten nada.[/quote]
¿Por qué esa necedad de querer aparecer a toda costa, si lo que van a decir o hacer resulta intrascendente?
A esa gente que desafortunadamente pierde el piso a la primera, recuerden que a veces la gente solo quiere escuchar cosas buenas, que esta es la rueda de la fortuna y que la vida es una tómbola., como dijera la canción por lo que en cualquier momento pueden estar en la parte de abajo.
Algunos me criticarán por lo que escribo y me dirán que también a mi me falta humildad en los instantes que se requieren.
Si he pasado por esos momentos, ofrezco una disculpa y al contrario agradecería que me lo comuniquen para saber que terreno estoy pisando.
Prefiero eso para ubicarme y recibir una crítica constructiva, que perderme en la soberbia que a veces invade a las personas en su afán protagónico, cuando ni siquiera tienen la capacidad para hacer algo, o un cuentan con algún membrete para su “misión especial”.