En la historia reciente de México, digamos en los últimos cincuenta años, hay acontecimientos que han sido determinantes. El movimiento estudiantil de 1968, el crimen del 10 de julio de 1971, la expulsión de Julio Scherer del Excélsior en 1976, la Reforma Política de Reyes Heroles de 1977. el temblor de septiembre de 1985, el fraude electoral de 1988 instrumentado por Manuel Bartlett y aprovechado por Carlos Salinas, el asesinato de Colosio en 1994, el triunfo de Fox en 2000 y su traición ya en el gobierno, el robo de la elección de 2006 y el retorno del PRI en 2012, me parecen los más significativos.
En todos estos casos uno se pregunta que hubiera pasado si…; pero la realidad se impone y hoy tenemos un país con una economía debilitada, una democracia endeble y una violencia desatada. Sobre todo, tenemos una desigualdad extrema, injusta bajo cualquier punto de vista y un pueblo con hambre y sed de justicia que padece una autoridad, en todos los ordenes, que no lo ampara ni lo sirve como debiera. Así lo veía Colosio y así lo dijo hace poco más de 21 años, a pocos días de ser asesinado.
¿Qué hubiera pasado si Colosio hubiera sido presidente? Nunca lo sabremos. Pero yo creo que su asesinato fue malo para México.
Hoy recuerdo a Luis Donaldo Colosio Murrieta con el sentimiento de entonces, del día que lo mataron vilmente. Un sentimiento de dolor por él y su familia y de pena por la degradación de la política que debiera ser el instrumento de la justicia y la paz social y no la herramienta de opresión en que se ha convertido en México.
Cada vez más.