El cine pre-pandemia: enero y febrero

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A punto de terminarse el año, no hay cómo hacer un balance del cine visto comercialmente en Puebla, debido al cierre –durante ocho largos meses– de las salas de exhibición. Por eso, lejanos como se sienten, sólo me refiero aquí a cinco films de enero y febrero, todavía sin pandemia. Arrancaba juguetón, sorpresivo, el 2020 cinematográfico, con Cindy la Regia, de Catalina Aguilar Mastretta y Santiago Limón, sobre una niña bien regiomontana que se “apanica” justo antes de su matrimonio y huye a la Ciudad de México. Una divertida sátira social que, ligera e inofensiva en apariencia, tiene lo necesario no sólo para entretener, sino además para hacerte pensar en 2-3 cosas relativas a prejuicios de género, de clase social y, but of course, de amplitud de metas. No la cinta más trascendente de este año comanche, pero –diría Cindy– “tipo, tiene lo suyo…¿ya sabes?”. Acompañó este inicio 1917, de Sam Mendes, sobre dos soldados ingleses que, en la 1ª Guerra Mundial (a contrarreloj), cruzan territorio enemigo para avisar a un regimiento de 1600 hombres que su proyectado ataque a los alemanes los conduce a una trampa mortal. A través de una aparente “toma única”, el cinéfilo recibe la sensación de un aquí y ahora en tiempo real, que acentúa el sentimiento de urgencia por el paso del tiempo, que se agota igual de rápido que el agua de las cantimploras, al ritmo de cualquier (escasa) dosis de suerte. Una película muy relevante, de realización impecable.
En la pre-pandemia por igual vimos Mujercitas, de Greta Gerwig, nueva adaptación de la atesorada novela de Louisa May Alcott, con Saoirse Ronan como Jo March (el personaje nuclear), luchando, soñando, escribiendo, sobreviviendo, al lado de su madre y hermanas –Meg, Beth y Amy– en los estertores de la Guerra Civil norteamericana. Una película excepcional no sólo por sus espléndidas actuaciones y hermosa (orgánica) realización, sino en esencia por su genuino rostro humano. Justo esto significa la familia y así se vive en ella; así se ama, así perseguimos nuestros sueños; así se lucha, se crece y se “tira” hacia adelante. La exhibición de entonces también ofreció El faro, de Robert Eggers, una experiencia poderosa. Drama ubicado en una isla de Nueva Inglaterra a fines del siglo XIX, la protagonizan dos guardafaros “con secretos”, obligados a convivir a lo largo de cuatro semanas en un entorno inhumano de clima, carencias, aislamiento, suspicacias y abuso. De ahí la febril atmósfera del film, permeada de locura, alucinaciones y violencia, todo acentuado por su fotografía en blanco y negro (en 35mm) y por su opresivo formato cuadrado. Como se adivina, una cinta importante, pero no para todas las sensibilidades.
Y aun no era marzo cuando nos tomó por asalto Las olas (Waves), de Trey Edward Shults, cuyo núcleo es una familia afroamericana de Florida: Ronald, padre amoroso pero dominante; Catharine, madrastra que ve a los hijos de Ronald como propios; el primogénito, Tyler, atleta colegial que depende de ello para una beca universitaria, y Emily, la menor, de perfil bajo, que se asimila a la evidente atención sobre su hermano. Cuando Alexa, novia de Tyler, rompe con él, el chico se descontrola y reacciona equivocadamente. La vida les cambia a todos hacia tiempos de embestida, de duelo, de padecimiento, pero también (a contracorriente) de perdonar y recomponer. Las olas entrega dos historias: la de Tyler –el cuesta abajo– en sus relaciones con su padre y con Alexa, y la de Emily –el dificultoso, incierto cuesta arriba– quien en la 2ª mitad del film florece en la mejor versión de sí misma, con protagonismo mayor. El director Shults ilustra todas estas emociones con una fuerza visual que combina colores, música, formatos, transiciones, en sinergias que al principio distraen por exuberantes, pero que al paso se justifican para llevarte –armónica y contundentemente– por un argumento de evidentes vigencia y humanidad. Una experiencia cinematográfica muy por encima de los promedios acostumbrados.

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Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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