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De la ceca a la meca

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Un trabajo y un techo; lo mínimo elemental para subsistir, a partir (obvio) de tener salud. En ciertos casos, ese trabajo podría ser eventual, temporal y en cualquier parte. Y ese techo, quizá no el de una casa, sino el de una furgoneta, que uses no sólo para resguardarte y pasar las noches, sino también para trasladarte –a través de extensos territorios– a donde quiera que estén los ya mencionados trabajos de temporada. En eso se ha convertido la vida de la viuda sexagenaria Fern (Frances McDormand) después de dos desgracias definitorias: la muerte de su marido y la quiebra de la empresa para la cual trabajaban ambos. Una bancarrota que incluso llevó a la extinción del pueblo de Nevada en el que operaba la empresa, puesto que todos los residentes laboraban en ella. Es así como Fern, obligada por las circunstancias, asume una vida completamente nueva para subsistir –sola y sin una mínima experiencia como “nómada”– recorriendo las carreteras norteamericanas en busca de empleos que le permitan, cada noche, volver con alimento a su furgoneta y a sus recuerdos. En esos caminos y trance, Fern irá estacionando en parques comunitarios de casas rodantes, conviviendo con personas en circunstancias similares a las suyas. Comunidades que ante las rudas condiciones de su diaria existencia, se tornan una familia, ayudándose, respetándose, comprendiéndose, cada cual enseñando a otros y aprendiendo de los otros. Todo esto en Nomadland, tercer largometraje de la realizadora china (establecida en EEUU) Chloé Zhao.

Ficción de evidente estilo documental (remarcado en el hecho de que casi todos los personajes no son actores y se interpretan a sí mismos), Nomadland es más el retrato de un contexto, de una situación, que un retrato de personajes. Ese contexto situacional tiene varios resortes: entre los principales, el desempleo, la soledad, la diaria necesidad de subsistencia; por igual –más aleatorios– el arribo a una edad avanzada (tus hijos “ya en su vida”), huir de un pasado traumático (o lo contrario: recuperar experiencias gratas) y/o la urgencia de moverte, hacia donde se pueda, para sentir que sigues vivo y con un propósito. Todo esto posible, alcanzable, gracias a la condición de nómada: no tienes casa, pero tienes techo y hogar, que está en todas partes justo por no estar en un sitio único. Si bien de emociones intensas, la película de Zhao discurre como un drama sereno, sensible, siempre entrañable, cuyo arco no está pautado por antagonismos, ni por eventos de ruptura o choque, ni por giros que redirigen al argumento. En cambio, posee y mantiene una postura de observar, de acompañar, de atestiguar el devenir de todas esas vidas, representadas como resumen en la de Fern, que lúcidamente asume a su obligada trashumancia como sentido del último tramo de su vida. Un film en el que no hay romances, ni acción extrema, ni misterios y situaciones límite que resolver; tan sólo (¿“tan sólo”?) sentimientos y humanidad genuina, entregada en el marco de unos paisajes y geografía alucinantes –la fotografía es de Joshua James Richards– y de una música –de Ludovico Einaudi– tanto muy hermosa como emocionalmente resonante. Entonces, quede claro: Nomadland no es una cinta para audiencias esencialmente necesitadas de eventos rotundos para los ojos.

Nomadland ha cosechado a la fecha 223 reconocimientos internacionales, en su tour mundial de festivales y certámenes. Entre ellos, el León de Oro del Festival de Venecia y los respectivos premios del público de los Festivales de Toronto y Chicago. Por igual, ganó dos Golden Globes –a película dramática y actriz– y cuatro BAFTAs, a película, dirección, actriz y fotografía. En cuanto al Oscar, está nominada a seis estatuillas: a película, dirección, actriz, fotografía, edición y guion adaptado (procede del libro de Jessica Bruder). En todo caso (y premios aparte), no hay duda: se trata de un film de estatura mayúscula, diferente en muchos sentidos, que seguirá ganando adeptos por todos lados.

Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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