Lo Turbio en lo Heroico

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Alfredo Naime

Luis (Santiago Sandoval) –adolescente humilde de origen náhuatl– está frente a un reclutador militar, quien lo avasalla con ásperas preguntas. Le contesta lo mejor que puede; principalmente, que le gusta la milicia y quiere ser alguien en la vida. En realidad, más bien lo mueve la urgencia del seguro médico, para atender a su madre diabética. Es así que ingresa al Heroico Colegio Militar, en donde, desde la primera arenga, reclutas/estudiantes más avanzados le dejan muy claro, igual que al resto de potros –novatos de nuevo ingreso– que ahí van a hacerles “los soldados que el pueblo de México merece”. No es motivación, sino amenaza: la puntual advertencia traduce en abusos físicos y psicológicos, que empiezan a correr en punto de las 5:00 a.m. del nuevo día. ¿Dictados por qué o por quién? Por prepotencia, por ignorancia, por revanchismo; además, claro, por conceptos de “jerarquía”, “hombría” y “disciplina” mal entendidos. ¿Y no acaso por corrupción e intereses personales? También, desde luego; porque siempre hay “encargos” y agendas particulares que cumplir. Si bien acata y avanza, Luis no tarda en confrontarse con la violencia de su entorno. Aunque por los pelos ha librado las vejaciones principales, puesto que “le cae bien” al sargentucho (Fernando Cuautle) que es su superior directo, Luis no pertenece al estado de las cosas ni las aprueba. Piensa en darse de baja, pero…¿y el tan vital seguro médico para su madre? Mientras tanto, los días pasan; y en medio de toda su confusión e incertidumbre, de su miedo e indignación, Luis prosigue su formación militar. Sólo que es un ser ya muy cambiado, emocionalmente marcado por el sinsentido y resentimiento de cada nueva vivencia miserable. En un contexto así, ¿es posible que germine ese “gran soldado” que México necesita?

La sinopsis anterior corresponde a Heroico, 2º largometraje del capitalino David Zonana (Mano de obra, 2019), ganador de los premios Mezcal y FIPRESCI a mejor película en el más reciente Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Una obra fuerte, polémica desde luego, que abiertamente pone en la mesa de discusión el presunto clima en el que se mueve el ámbito de la educación militar. En principio, desde el estudiantado mismo; pero como efecto de cierta (o mucha) permisividad de las cúpulas. Un clima que no corresponde, ni lejos, a la proclama de respeto a los derechos humanos; una de las más enarboladas por el ejército en cada ceremonia, en cada manifiesto, en cada jornada pública. De manera efectiva, el film de Zonana hace evidente la contradicción: no se puede aspirar al “gran soldado” defensor de las garantías del pueblo al que protege, transgrediendo y violentando esas mismas garantías desde las propias entrañas de su formación.

Heroico claramente es una película valiosa, con rumbo a investigar (y en su caso, modificar) las conductas que expone. Es también valiente, justo por fluir a contracorriente de la tradición nacional de cuestionar poco y nada a las fuerzas armadas. En su llamar la atención, sobra decir que ha cosechado tanto defensores como encendidos detractores. Ante ello, el argumento de la película es sólido: el guion nació de testimonios de ex-reclutas de planteles militares, e incluso de cadetes egresados en activo, que pudieron resistir y alcanzar la meta. Una oportunidad, pues, de conocer dinámicas y eventos al interior de estos centros formativos. Desde luego, no se trata de una visión total, orgánica; pero sí de una de sus versiones, cuyo impacto tiene hoy por caja de resonancia la creciente participación, cada vez más presente, del ejército en ámbitos de la sociedad civil. Muy o poco de acuerdo con ella, Heroico es de celebrarse, por urgirnos a una acción revisora imprescindible.

Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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