Se ha repetido que México no es un ´estado fallido´ y lo mismo se ha dicho de estados que lo conforman como Michoacán, Guerrero o Tamaulipas. Y esta afirmación se basa en que existe un gobierno, un sistema judicial, un poder legislativo, etc. Independientemente de que estos órganos de poder con frecuencia fallan en su cometido y son incapaces de garantizar la vida y los bienes de los ciudadanos, de capturar, juzgar y castigar a los delincuentes y de crear leyes justas, lo que por sí mismo nos hablaría de un ´estado ´fallido´ es un hecho que se ha perdido la confianza y la credibilidad en la autoridad, en los procesos democráticos, en los políticos en general. Creo que esta falta de confianza y credibilidad es muestra de que el estado ha fallado, de que el tejido social se ha roto; esto para mí, es un estado fallido y algo habrá que hacer pronto para reconstruirlo.
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