Este invierno será pletórico en estrenos –desde este momento– en especial porque muchos films estarán buscando su lugar en las nominaciones de la temporada de premios de inicios del año. Revisando un listado de más de 50 cintas a conocer, de inmediato atraen la atención, por sus directores, las siguientes cinco, expresadas en sus títulos originales: Wonder wheel, de Woody Allen, con Kate Winslet trabajando por primera vez con el ya octogenario Allen; The shape of water, de Guillermo del Toro, que ganó el León de Oro del más reciente Festival de Venecia; The Post, de Steven Spielberg, cuya principal carta de presentación incluye otras cuatro palabras contundentes: Meryl-Streep-Tom-Hanks; Happy end, de Michael Haneke, que algunos críticos han mencionado que funciona como una suerte de secuela (no intencional) de su maravillosa Amour, por ocuparse otra vez de relaciones familiares desesperanzadas; y Phantom thread, de Paul Thomas Anderson, que según el propio Daniel Day-Lewis será su último trabajo cinematográfico. Ubiquemos a cada una, a la espera de su arribo a nuestras pantallas.
Wonder wheel es un drama y no una comedia, a despecho de la “marca” Woody Allen. Producida por los Estudios Amazon, se ubica en Coney Island, en la década de los 50s, para contarnos sobre el encargado de un carrusel (James Belushi) y su asediada esposa (Kate Winslet), con un salvavidas y una jovencita (Justin Timberlake-Juno Temple) sumándose también a un juego de amoríos, rivalidad e infidelidades. La fotografía es del legendario Vittorio Storaro (Apocalipsis, Último tango en París). Por su parte, The shape of water ha venido cosechando calificativos de “obra maestra”. Se ubica a inicios de los 60s –tiempos de la “guerra fría”– en plan de una suerte de cuento de hadas sobrenatural. En un laboratorio gubernamental secreto, una empleada de mantenimiento (Sally Hawkins), asfixiada por la soledad y la rutina, descubre algo que cambiará su vida: al “sujeto” de un experimento clasificado (Doug Jones). Hasta el momento, el comentario más llamativo y elocuente sobre esta película de Del Toro procede del realizador Kevin Smith (Clerks; Dogma): “Ver algo tan hermoso como esto me hizo sentir estúpido por considerarme, todo este tiempo, un director”.
The Post justo se refiere al Washington Post. Es un drama basado en hechos reales; en concreto, lo concerniente a la disputa legal del diario contra el gobierno estadounidense (que incluso llegó hasta la Suprema Corte del país) a fin de seguir informando al público sobre los llamados Papeles del Pentágono, relativos a la intervención de EEUU en Vietnam e Indochina. Tom Hanks interpreta a Ben Bradlee, justo el editor del Washington Post que antes encarnó Jason Robards (llevándose el Oscar) en la notable Todos los hombres del Presidente, de 1976. En cuanto a Happy end, encabezan su reparto dos leyendas: Isabelle Huppert y Jean-Louis Trintignant. Es también un drama, sobre una familia burguesa en la que todos sus miembros –el patriarca, los hijos, la nueva nuera, la nieta de 13 años, todos– tienen secretos que esconder. Un retrato de familia, pues; lo que nunca resulta “típico” cuando en manos de Michael Haneke, el director que nos estrujó (tibiamente dicho) con La pianista, La cinta blanca y Amour, que entre las tres obtuvieron 156 premios, incluyendo tres estatuillas. Y finalmente, Phantom Thread, otro drama, se ubica en el mundo de la alta moda del Londres de los 50s, en torno a un confeccionista (Daniel Day-Lewis) al que se le encarga diseñar para la familia real y para otras élites del país. En efecto, es la segunda colaboración entre Day-Lewis y el director Anderson, después de esa otra –tan feliz– que una década atrás dio lugar a la inolvidable Petróleo sangriento. Por cierto, Anderson no sólo dirigió, sino que también fotografió la película. Sean todas bienvenidas, con el ánimo de que estén a la altura de las expectativas que han generado.
