Hospitalidad

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Siempre he dicho que hay que ser un buen anfitrión. Si tengo invitados en casa, haré todo lo necesario para que se sientan contentos, tranquilos, que se diviertan, que cuando se vayan, lleven una imagen grata de su visita.

Lo mismo sucede cuando encuentras a una mujer extranjera que no encuentra una dirección. Lo menos que puedes hacer es ayudarla a que llegue a su destino con la comodidad y tranquilidad correspondiente.

Imaginemos la escena:

Diccionario en mano, la esbelta fémina camina por la calle y admira la arquitectura de la Angelópolis. El joven de finas facciones se ubica en la acera de enfrente sacando un transmisor de la cajuela.

La pelirroja dama cruza mirada inocente y despreocupada con el apuesto varón. Ella sonríe. Él corresponde. La mujer continúa su camino y el hombre el suyo.

Horas más tarde, la paseante y el ciudadano se vuelven a encontrar. Ella sigue con el diccionario en la mano, buscando -evidentemente- una dirección. Vuelven a cruzar miradas y nuevamente se corresponden la sonrisa.

Amablemente el gallardo caballero pregunta: ¿Buscas algún lugar?

-Voy a la ciudad- responde ella con dificultad.

– ¿A qué lugar?- Insistió

Con una mirada de tranquilidad y una sonrisa amable, la trotamundos señala en una libreta, el domicilio en cuestión. Rápidamente el gentil ciudadano ubica el sitio y se dispone a trasladar a la visitante.

En algo así como diez minutos, intercambian opiniones de sus respectivos países. La extranjera viene a aprender español. El huésped domina la lengua. En algunos meses los objetivos se habrá cumplido y la europea hablará el idioma requerido perfectamente.

¿Ven? La hospitalidad y ser buen anfitrión es algo más que ofrecer tequila  y “fiesta”.

De eso se trata, de ser un poblano que ofrece hospitalidad y una sonrisa siempre.

¿No creen?

Foto: josecarlosfernandez

Manuel Frausto Urízar

Manolo

Dicen que soy una perfecta “mula”. Comunicólogo. Disfruto los generosos momentos que nos brinda el futbol, la música y el sarcasmo. Odio odiar. Me gustan los caminos cortos. Me aburren los laberintos. Fundamental, la lealtad. Indispensable, el agradecimiento. Decidido a combatir y el crimen y la injusticia día y noche, sólo descansando para tener amoríos con mujeres hermosas.

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