La equivocación y el silencio

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La pregunta de toda la semana fue ¿qué pasó en los Óscares? La respuesta ya la sabemos: un auditor de la firma encargada del conteo y secrecía de los resultados, se despista y equivoca el sobre que debía anunciar a Luz de luna como mejor película del año. La beneficiaria es La la land, lo que no sorprende a nadie porque llegó a la velada como gran favorita. Tres minutos después, el lujoso escenario del Kodak Theatre se llena de confusión: se revela la errata y el gozo de unos —oh-so-white— se va al pozo, mientras la resignación de otros —black, instead— transita de la sorpresa, a la incredulidad, al júbilo. Faye Dunaway y Warren Beatty quedan exonerados, porque al fin y al cabo son Bonnie & Clyde, que no se nos olvide. Un final de locos para una ceremonia larguísima, pero no aburrida, cuyo balance principal arrojó seis estatuillas para La la land (director, actriz, fotografía, música, canción y diseño de producción, con gol anulado a mejor película), tres para Luz de luna (película, guion adaptado, actor de reparto) y dos para Manchester frente al mar (actor y guion original). Además, entre otras curiosidades, Escuadrón suicida ya se presume como una película (gulp) ganadora del Oscar (por maquillaje), igual que una veintena de turistas inadvertidos puede presumir “estuvimos en los Óscares” –y de gorra— si bien la mayoría sólo miraba sus celulares en vez de asomarse a (y babear con) the real thing, conformada por personas llamadas Meryl Streep, Scarlett Johansson, Denzel Washington, Isabelle Huppert y nombres así. Que Dios los perdone. Por cierto, Jimmy Kimmel, preocupado por la falta de actividad twitera de Donald Trump, decidió enviarle uno a Mr. President: “Meryl says hi…”.

Ahora bien, entre los títulos que Don Oscar desairó (siguiendo la tónica marcada para el film por los Globes y los BAFTA) recién pude ver Silencio, de Martin Scorsese, película de honda religiosidad, tercera del director en esa línea muchos años después de La última tentación de Cristo (1988) y de Kundun (1997). Silencio es un drama histórico ubicado en el Japón persecutorio del siglo XVII, en torno a dos jesuitas portugueses (encarnados por Andrew Garfield y Adam Driver) que arriesgan sus vidas mientras buscan a su guía espiritual desaparecido (Liam Neeson) e intentan cumplir su labor pastoral en el más peligroso –y clandestino– de los contextos. Se trata de una gran película, de rigor implacable, totalmente “anti-comercial” en la medida en que es muy larga (161 minutos), obligadamente lenta, de implicaciones íntimas más que factuales, que se ocupa de la fe como un sustento perenne que también se debilita o te abandona en determinadas coyunturas. No se ocupa pues de cualquiera de esos temas que hoy “venden”, más para mal que para bien. De todas formas, no hay duda, Silencio es una obra (¿maestra?) absorbente, impactante, imprescindible para cualquier cinéfilo, incluso si no eres un seguidor mayor de Scorsese. Está basada en la novela de Shusaku Endo, llevada antes al cine (en 1971) por Masahiro Shinoda, quien por cierto modificó el final para la película, lo que provocó las protestas e irritación del escritor. Como sabemos, la fotografía de Silencio corrió a cargo del mexicano Rodrigo Prieto, única nominación que la cinta obtuvo para el Oscar.

Para cerrar, permítanme replicar lo que en este mismo espacio escribí a propósito de Silencio hace un par de meses. Es un film incuestionablemente mayor; genuinamente importante. Más allá de la mencionada indiferencia de los Globes, los BAFTA y el Oscar, ostenta ya el premio del American Film Institute a película del año, así como su inclusión entre los mejores diez films del 2016 por la Asociación de Críticos de Boston y por la National Board of Review. Es decir, cada vez habrá menos “silencio” en el entorno del film, en acuerdo metafórico con lo que su tagline sostiene: El silencio es a veces el más mortífero de los sonidos. Que nadie se la pierda.

Alfredo Naime

Comentarios, recomendaciones y consejos para apreciar el séptimo arte, vertidos por el más reconocido crítico de cine en Puebla y zonas aledañas. Disfruta su videoblog.

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