La 81ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia –parte de la afamada Biennale de la ciudad– concluyó el sábado 7 del mes en curso, con premios, en la sección oficial, a films que involucran los nombres de Pedro Almodóvar, Nicole Kidman y Walter Salles entre los más conocidos del gran público. Sorpresivamente (o no), el festival abrió con Beetlejuice Beetlejuice (fuera de concurso), de Tim Burton, inmediatamente después de que la Biennale otorgara el León de Oro a Sigourney Weaver, por una relevante trayectoria de más de 50 años. Vaya enorme reconocimiento para la neoyorquina.
Pues bien, el jurado de la competencia oficial, encabezado por Isabelle Huppert, definió a La habitación de al lado (España), de Pedro Almodóvar, como la ganadora del León de Oro, premio principal del festival. Trátase de la primera película en inglés del realizador manchego, aunque en su reciente corto Extraña forma de vida (2023) también se habla en inglés. La habitación de al lado –a la que hace poco, en una columna previa, aludí como uno de los films más esperados del último tercio del 2024– transcurre en Nueva York, con un reparto que incluye a Julianne Moore y Tilda Swinton como amigas de juventud que, después de varios años, se reencuentran en el contexto de una situación delicada y demandante. Por su parte, el Gran Premio del Jurado (León de Plata) fue para el drama Vermiglio (Italia-Francia-Bélgica), de Maura Delpero, en torno a un desertor de la 2ª Gran Guerra que llega a la comunidad del título, se inserta en la familia del profesor local y se enamora de una de sus hijas, para una relación que les conduce, a todos, a eventos inesperados. El León de Plata a mejor dirección fue para Brady Corbet, por su trabajo en The brutalist (Reino Unido), drama también (que dura 315 minutos, por cierto), ubicado a inicios de la postguerra. Después de llegar a Norteamérica desde Europa con su esposa, un afamado arquitecto se relaciona con un cliente acaudalado que le encomienda el diseño de un ambicioso, singular monumento. Algo que, insospechadamente, cambiará el curso de sus vidas, no sólo para bien. Los personajes mencionados están interpretados por Adrien Brody, Felicity Jones y Guy Pearce, un reparto muy competente y atractivo.
En cuanto a actor y actriz, la respectiva Copa Volpi fue para Vincent Lindon, por su desempeño en el drama de familia El hijo callado (Francia-Bélgica), de Delphine y Muriel Coulin, y para Nicole Kidman, por el thriller Babygirl (EEUU-Países Bajos), de Halina Reijn. El hijo callado se ocupa de un padre viudo agobiado por cambios en el pensamiento y la conducta de uno de sus hijos, en el marco histórico posterior a las revueltas del mayo francés del 68. En cuanto a Babygirl, parte del impropio affaire de una empresaria, casada, con un practicante mucho más joven. Antonio Banderas es parte del reparto. (Por cierto, Nicole Kidman no pudo recoger el premio en persona: justo al llegar a Venecia, recibió la noticia del fallecimiento de su madre, lo cual la hizo volver de inmediato a su familia).
Y sobre el mejor guion de los títulos en competencia, la distinción fue para el drama político brasileño Aún estoy aquí, de Walter Salles, escrito por Murilo Hauser y Heitor Lorega, a partir del libro de Marcelo Rubens Paiva. Desarrollado como una suerte de docudrama, relata hechos reales, relativos a la detención y desaparición –en 1971, por parte de la naciente dictadura militar en Brasil– del ex-congresista Rubens Paiva, abierto crítico del régimen (y padre del autor del libro). La perspectiva principal viene de Eunice, esposa de Rubens, quien durante décadas se mantuvo en lucha para conocer que sucedió con su marido. “Una película devastadora, emocionante en su retrato de la tenacidad humana frente a la injusticia”, según el boletín del Festival.
Finalmente, el Premio Especial del Jurado fue para April (Georgia-Italia-Francia), de la georgiana Dea Kulumbegashvili. ¿Cuántas de estas cintas podremos ver en México?
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