Hace unos días, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood (AMPAS, por sus siglas en inglés) anunció sus primeras shortlists con títulos –15 en cada caso– ya perfilados como candidatos a obtener el Oscar. En el caso de Largometraje Documental, hago notar que tres de ellos están a disposición en Netflix. Se trata de Stamped from the beginning y American Symphony, estadounidenses, y del chileno La memoria infinita. Ya pude verlos y aquí los ubico…
Stamped from the beginning –dirigido por Roger Ross Williams, a partir del libro Stamped from the beginning: the definitive history of racist ideas, de Ibram X. Kendi– se propone una revisión del racismo y su pensamiento en los EEUU. ¿Cómo surgen las ideas racistas? ¿Cuáles y de dónde sus posturas y resentimientos? ¿Por qué su crueldad, sus sinsentidos? ¿Qué tan vigente se encuentra? En el film aparecen, dando sus testimonios, diversas figuras afroamericanas de la vida pública del país; entre ellas, Angela Davis y el propio Dr. Kendi. Un film lúcido, contundente, que desde luego te hace pensar. American Symphony, de Mathew Heineman, tiene su foco en el músico y compositor Jon Batiste, a quien acompaña durante un 2022 tremendamente exitoso, pero también sacudido, por el cáncer de su pareja, la escritora Suleika Jaouad. Un año en el que, además, Batiste encuentra el impulso artístico y espiritual para componer una sinfonía, cuyo destino le lleva a estrenar en el legendario Carnegie Hall. Un sensible recuento, pues, de arte, amor, angustia y esperanza, haciendo sinergias (en sus altas y bajas) en la diaria aventura de la vida. La memoria infinita, de Maite Alberdi, se centra en Augusto Góngora y Paulina Urrutia, pareja que ha compartido sus vidas por 25 años. Él, periodista y activista, vivió muy de cerca los eventos e impactos del golpe de estado de Pinochet. Ella, inmersa en los ámbitos del arte, la cultura y el servicio público, gradualmente dejó todo para cuidar a Augusto, cuando se le diagnosticó Alzheimer en 2014. De esta etapa son los días y las vivencias que ilustra el film, siendo el diario fantasma principal ese instante, a presentarse en cualquier momento, en que Augusto deje por fin de reconocer a la Pau. Está de sobra enfatizar lo emocional-humano de toda esta experiencia.
Como lo dije al inicio, los tres documentales anteriores pueden verse a través de Netflix. Pero además y por su parte, Apple TV tiene en su catálogo un título más de esta shortlist de no-ficciones. Hablo de Still: a Michael J. Fox movie, de Davis Guggenheim, realizador de otros celebrados documentales, como el ganador del Oscar Una verdad incómoda –sobre los empeños de Al Gore para crear conciencia, y tomar acciones, en torno a la amenaza del calentamiento global– U2: from the sky down –sobre la unión, vigencia y permanencia de la banda– y Él me nombró Malala, sobre la joven pakistaní Malala Yousafzai, atacada por los talibanes por defender públicamente el derecho a la educación de niñas y mujeres. Al momento de escribir no he visto Still, pero intuyo que si queda en la lista final de nominados, será uno de los obvios favoritos, por la simpatía unánime hacia Michael J. Fox y su lucha frente al Alzheimer, optimista a pesar de todo.
Para concluir esta columna centrada en documentales, ¿tienen alguno favorito? Una reflexión breve puede llevarnos a una lista incluso amplia. De botepronto, a mí me encanta Promesas –de B.Z. Goldberg, Justine Shapiro y Carlos Bolado– que pone en contacto a niños judíos y palestinos, como una posibilidad esperanzadora de que su convivencia germine como semilla de una fraternidad que no ha sido posible entre ambos pueblos. Cinta de intenciones invaluables, bellísimas, descartada ahora mismo por la cruel/terrible realidad vigente, que induce a considerar Promesas como altamente ingenua. Dios quiera que algún día, lo antes posible, pase algo que, en cambio, la haga florecer como profética. Así sea.